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Los asambleístas deben trabajar por sus provincias, con proyectos de ley que potencien el desarrollo regional, sin descuidar los temas que interesan a todo el país.

Desde hace algunos años, los asambleístas se convirtieron en cumplidores de las órdenes de los dirigentes de sus partidos. No trabajaron por sus provincias.

En el caso de Manabí y Esmeraldas, muchos asambleístas olvidaron que estas provincias sufren las consecuencias de un terremoto y que, pese a su potencial, no reciben el impulso de los gobiernos, ni siquiera para atender en forma equitativa necesidades elementales como las de salud, vivienda y educación.

Dentro del ámbito nacional, Manabí recibe asignaciones por habitante mucho menores que otras provincias, pese a ser la tercera en población y una de las más extensas.

“Manabí recibe asignaciones por habitante mucho menores que otras provincias”.

Los asambleístas se eligen para que representen a los ciudadanos de la jurisdicción que los escogió.

Pero, en la práctica, cuando llegan a la curul, la mayoría se olvida de los electores y pasan a apoyar intereses ajenos, incluso contrarios a los de sus provincias.

Se necesitan asambleístas con visión de la realidad nacional, pero que no pierdan sintonía con lo que requiere su entorno; que estén atentos a los cambios de rumbo y a las promesas formuladas para, de ser necesario, fiscalizar su cumplimiento.

Editorial de El Diario publicado el lunes 19 de junio del 2023 en nuestra edición impresa.