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El condado de Los Ángeles suministrará a las escuelas públicas un antídoto para frenar las sobredosis por consumo de opioides, después de que se registraran nueve casos durante las primeras semanas del curso escolar, incluida la muerte de una joven de 15 años.

“Estamos ante una crisis urgente”, afirmó Alberto Carvalho, el superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, que engloba más de 1.400 centros estudiantiles, tanto de educación primaria como secundaria, lo que constituye la segunda red de escuelas más grande de Estados Unidos, solo por detrás de Nueva York.

La medida llega después de la muerte de una joven de 15 años, que la semana pasada fue localizada sin vida en los baños de su escuela después de que tomara una pastilla de fentanilo que compró a otro estudiante del mismo centro.

La escuela, ubicada en el distrito de Hollywood, abrió durante la noche para una competición deportiva en la que también precisaron asistencia otros dos alumnos con cuadros médicos similares.

Ante la gravedad del problema, las autoridades sanitarias apostaron por una solución que va más allá de la prevención al suministrar a todos los centros Naloxone, una potente sustancia que es capaz de frenar los efectos de una sobredosis si se suministra a tiempo por vía nasal o como inyección.

De acuerdo con Carvalho, la medicación “es altamente efectiva a la hora de revertir la situación y recuperar la respiración”.

Este verano, el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó una ley que obliga a las universidades a proveer el mismo antídoto porque los casos de consumo de opioides y sobredosis también han experimentado un repunte en los campus del estado.

Otros condados como San Diego, Elk Grove y Palos Verdes han impulsado medidas similares, especialmente ante la preocupación de muchos padres por las nuevas formas en las que el fentanilo está llegando a EE.UU., a veces como pastillas de colores con intención de llegar al público más joven. EFE