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La Policía de Kenia encontró 26 cuerpos más enterrados en fosas comunes dentro de unos terrenos propiedad de Paul Mackenzie Nthenge.

Él es el autoproclamado líder de una secta del condado de Kilifi, ahora mismo en la cárcel bajo sospecha de influir a sus seguidores para que ayunaran hasta la muerte.

En concreto, el total de cuerpos exhumados en la zona, que está clausurada y es investigada como una escena del crimen, ascendió a 65.

La Policía también detuvo a un hombre identificado como coautor intelectual y aliado de Mackenzie, según informó el diario ‘The Nation’.

El detenido, identificado como el pastor Zablon wa Yesu, estaba leyendo una Biblia en el extenso terreno donde se llevaron a cabo las pesquisas desde el pasado viernes.

La Policía también rescató a nueve personas que ayunaban, cinco de ellas en estado crítico, que fueron llevadas a un hospital cercano.

Mackenzie, cabecilla de la llamada Iglesia Internacional de las Buenas Noticias, se entregó por vez primera a la Policía el mes pasado.

Esto después de que dos niños murieran por inanición delante de sus padres, miembros de la secta.

Salió en libertad

Tras ser liberado bajo fianza, volvió a ser arrestado el 15 de abril.

El ministro de Interior de Kenia, Kithure Kindiki, visitará la localidad el martes.

Kindiki abrió la puerta a una mayor regulación de los espacios de culto en el país tras el descubrimiento de la masacre en la zona.

Varios funcionarios del Gobierno han acudido a Shakahola, incluido el inspector general de la Policía, el director de Investigaciones Criminales, y el director de la Fiscalía Pública.

Más pronto, el presidente de Kenia, William Ruto, ha afirmado que lo que se ha presenciado en el lugar es “similar al terrorismo”.

“Mackenzie, que actúa como pastor, es de hecho un criminal terrible”, ha indicado.

Y agregó que “los terroristas usan la religión para promover sus actos atroces”, según el citado medio.