Estados Unidos se declaró este jueves “indignada” por “informaciones creíbles” de que el Ejército ruso ha tomado como rehenes a trabajadores en la antigua central nuclear de Chernóbil, capturada por las fuerzas de Moscú.
“Esta toma de rehenes ilegal y peligrosa que podría terminar con los servicios rutinarios civiles que se requieren para mantener y proteger las instalaciones de desechos nucleares es obviamente muy alarmante”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en una rueda de prensa.
Según apuntó, Estados Unidos condena esa situación y exige la liberación de esos trabajadores de la planta, donde en 1986 se produjo el mayor accidente nuclear de la historia.
El Ejército ruso ocupó este jueves Chernóbil después de fuertes combates contra las Fuerzas Armadas ucranianas.
“Tras un cruento combate, perdimos el control de Chernóbil”, afirmó el asesor de la Presidencia ucraniana, Mijaíl Podoliak, citado por la agencia UNIAN.
Según el funcionario, las autoridades no tienen información sobre “el estado de las instalaciones de la antigua central nuclear de Chernóbil, el sarcófago y el almacén de los residuos nucleares”.
“Tras este ataque absolutamente irracional de los rusos en esta dirección no podemos asegurar que la central nuclear de Chernóbil esté segura”, indicó, al afirmar que esto “es una de las amenazas más grandes que enfrenta ahora Europa”.
Este mismo jueves, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, alertó de que la incursión rusa en la zona de exclusión de la central nuclear de Chernóbil es “una declaración de guerra contra toda Europa”.
Antón Gueráschenko, asesor del Ministerio del Interior, advirtió que si los depósitos con restos radiactivos almacenados en Chernóbil resultan dañados, “el polvo nuclear puede propagarse por todo el territorio de Ucrania, Bielorrusia y los países de la Unión Europea”.
La zona de exclusión de Chernóbil, que se encuentra separada de territorio bielorruso por el río Prípiat, que da nombre a la ciudad en la que vivían los trabajadores de la planta soviética, es patrullada desde hace semanas por la guardia nacional ucraniana.
Un sarcófago de fabricación francesa cubre ahora el averiado cuarto reactor nuclear que esparció hasta 200 toneladas de material con una radiactividad de 50 millones de curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima.