La Policía Federal de Brasil desarticuló este miércoles una red de estafadores financieros que, a través de un esquema piramidal, causó perjuicios a “más de 1,3 millones de personas en 80 países”, informaron fuentes oficiales.
La operación, bautizada como “La Casa de Papel”, en alusión a la popular serie de ladrones, pues algunos de los investigados tienen nacionalidad española, busca la prisión preventiva de seis personas señaladas como los líderes de la organización.
Las autoridades estiman que, desde 2019, el grupo causó daños a los inversores por 4.100 millones de reales (unos 780 millones de dólares), según señaló la Policía en una nota.
En la acción, los agentes realizaron allanamientos en Río de Janeiro, Sao Paulo, Rio Grande do Sul, Goiás, Maranhão y Santa Catarina; y embargaron bienes por valor de 20 millones de dólares, entre inmuebles, ganado, vehículos, oro, joyas, criptoactivos y hasta una mina de esmeraldas.
Con una amplia presencia en redes sociales, la actuación de “centenas de jefes de equipo” y el apoyo de una “entidad religiosa”, la banda ofrecía paquetes de inversión a partir de contribuciones desde 15 hasta 100.000 dólares.
Prometían ganancias de más del 300 % anual a través de “transacciones en el mercado de criptoactivos realizadas por supuestos operadores al servicio de la empresa”.
Los sospechosos aseguraban que “estaban ampliamente legalizados en Estonia y que serían socios de dos instituciones financieras”, si bien todas las empresas del grupo eran ficticias y no tenían ninguna autorización para captar recursos.
A pesar de las alertas de órganos financieros de varios países, entre ellos España y Panamá, la trama siguió actuando con prácticas cada vez más sofisticadas.
“Hicieron uso de mucha ostentación en las redes sociales, con millones de seguidores en todo el mundo, demostrando su éxito personal y de inversión, con viajes internacionales a Dubái, Cancún y Europa”, apuntó la información.
A finales de 2021, lanzaron dos criptomonedas, cuyo valor inflaron artificialmente un 38.000 % en pocos días y que utilizaron para pagar a los inversores, pero que posteriormente perdieron todo su valor.
En el curso de las investigaciones, uno de los líderes de la trama fue detenido en Cuba y la organización ilícita decidió suspender los pagos a los clientes de ese país, lo que les permitió sustraer un gran volumen de dinero.
Asimismo, armaron un “ataque hacker” que les sirvió de pretexto para comunicar un “inmenso perjuicio económico” y “retener todo el dinero de los inversores”. EFE