Jesse Williams, conocido mundialmente por su papel de Jackson Avery en Grey’s Anatomy, abrió su corazón al reflexionar sobre la fama. El actor confesó que nunca fue su objetivo llegar a ser una celebridad, pero admite que la exposición mediática ha marcado su vida con ventajas y desventajas. A pesar de ello, ha logrado construir una carrera diversa y una vida personal en equilibrio, que hoy comparte junto a la actriz española Alejandra Onieva.
“La fama nunca fue mi objetivo” -Jesse Williams
Nacido en Illinois y criado en un barrio humilde de Chicago, Williams creció rodeado de diversidad cultural y desigualdad social. Con el ejemplo de sus padres —un exobrero graduado en Harvard y una madre dedicada a las artes y la educación— aprendió el valor de la superación y el compromiso con su comunidad.
Ese mismo espíritu lo llevó a graduarse en Estudios Afroamericanos y Artes Fílmicas en la Universidad de Temple. Antes de la televisión, fue profesor de Historia e Inglés en Filadelfia. Pero todo cambió en 2009, cuando consiguió el papel de Jackson Avery en Grey’s Anatomy, un rol que lo catapultó a la fama mundial durante más de una década.
Williams confiesa que nunca buscó la fama
Williams reconoce que el éxito en la serie creada por Shonda Rhimes cambió por completo su vida, aunque no era lo que deseaba. “Todavía estoy intentando entender la fama. Tiene sus ventajas, claro. Pero también es alienante: te quita la privacidad, te pone en el punto de mira todo el tiempo. No me quejo, pero no es lo que buscaba”, afirmó en una entrevista con Vanity Fair.
Tras dejar la serie, diversificó su carrera con papeles en Little Fires Everywhere, Solo asesinatos en el edificio y un aplaudido debut en Broadway con Take Me Out, obra que lo llevó a una nominación a los Premios Tony. La fama se convirtió en una herramienta que le abrió puertas, aunque Williams sigue viéndola como un efecto secundario de su verdadera pasión: contar historias.
Familia, música y viajes
Lejos de los reflectores, el actor se enfoca en sus hijos, Sadie y Maceo, con quienes comparte su amor por la música y la naturaleza. Seguidor de Bob Marley, Nina Simone y James Brown, disfruta viajar con ellos en caravana por los desiertos de Nevada, experiencias que lo mantienen conectado a sus raíces y lejos del ruido mediático.
Este equilibrio entre lo personal y lo profesional es lo que le permite sobrellevar la exposición pública. Su filosofía se resume en no dejar que la fama lo defina, sino en usarla como plataforma para impulsar proyectos que realmente le apasionan.
Un romance internacional
En lo sentimental, Williams encontró estabilidad junto a la actriz española Alejandra Onieva, a quien conoció durante el rodaje de Hotel Costiera en Italia. Ella, con una sólida trayectoria en la televisión española, también busca consolidar su carrera internacional.
La pareja oficializó su relación durante el Festival de Venecia, en la exclusiva fiesta de Vanity Fair Italia y Chopard. Desde entonces, sus apariciones públicas han captado la atención internacional, convirtiéndolos en una de las parejas más comentadas de Hollywood y España.
Una vida más allá del estrellato
Hoy, Jesse Williams sigue explorando nuevas facetas como actor, director y activista cultural. Aunque la fama nunca fue su objetivo, reconoce que la ha utilizado como puente para conectar proyectos, culturas y personas.
Con una carrera en ascenso y una vida personal equilibrada, el actor demuestra que se puede brillar en Hollywood sin perder la esencia ni dejarse definir por la celebridad.