De forma general, se suele relacionar el póker con jugadores fríos y calculadores, con una gran inteligencia, muy observadores y analíticos.
La personalidad de las leyendas en este juego ha debido de ser muy marcada antes de la llegada de la opción online.
Ya que leer las caras y analizar los gestos en las partidas físicas es parte fundamental para conseguir victorias.
En la actualidad, el póker ha ganado importancia en el entorno online, perdiendo valor el comportamiento y la actitud de los jugadores en partidas a distancia y sin la opción en vivo.
Sin embargo, esto no impide que a día de hoy sigan apareciendo figuras de renombre en este juego.
Figuras que destacan por su calidad en las partidas y su presencia en las mesas, aunque estas sean a distancia y en el medio virtual.
Si quieres convertirte en una de esas figuras, te aconsejamos que uses esta herramienta de juegos de póker para perfeccionar tu técnica y jugar en un entorno seguro.
En cualquier caso, la historia del póker también se mide por la calidad de sus mayores representantes.
Además por la grandeza de sus obras, leyendas que ocupan un lugar de honor en la larga tradición en este juego.
Huck Seed y el millón soñado
De entre todas las historias de grandes figuras del póker que merecen ser recordadas, ninguna como la que le sucedió al excelente jugador Huck Seed y sus sueños proféticos.
El miembro del Salón de la Fama del Poker llegó a ganar el evento principal de la World Series de 1996, ganando un millón de dólares por conseguir el primer puesto, algo que había soñado la noche anterior.
Años después de ganar aquel torneo, donde participaron nada menos que 295 de los mejores jugadores del momento, incluidos John Bonetti y Men “The Master” Nguyen, Huck Seed, de nuevo, había llegado a las dos últimas mesas y de nuevo tuvo el mismo sueño que ganaría el millón, al igual que pasó con la anterior edición.
Sin embargo, aunque jugó bien y avanzó hasta que solo quedase una docena de participantes, fue eliminado, quedando en el puesto número 14.
No entiendió que había podido pasar, su sueño fue muy claro y debió salir de allí con 1 millón de dólares.
Así que, al pasar por la ruleta del casino, entendió qué era lo que debía hacer.
El premio por haber llegado al número 14 era de 30 mil dólares, si lo apostaba a un solo número en la ruleta, el millón sería suyo.
Y así lo hizo, la expectación no podía ser mayor.
Cuando le propuso al crupier apostar sus 30 mil al número 14, el de su clasificación, todos, empleados y clientes del casino, se acercaron hasta la mesa para ver qué ocurría.
La bola inició su recorrido, cayendo finalmente en el número 14, pero un impulso más y terminó saliendo y parándose en el número 13… Momento en el que resultó todo perdido.
Sin embargo, su sueño no fue desacertado, ya que, a la mañana siguiente, Seed recibió una llamada de la organización de la World Series disculpándose por un error técnico, ya que no fue eliminado en el puesto número 14, sino en el 13, el número donde debió apostar en la ruleta.
Si esto hubiera ocurrido del modo adecuado, hubiera conseguido su millón soñado.
Johnny Moss y Doyle Brunson, maestros y leyendas del póker
Los primeros héroes del juego de cartas más famosos tuvieron que mover las piezas para que se profesionalizara.
En concreto, Johnny Moss, fue el maestro del póker que formó parte de los fundadores de la WSOP, en 1970, además de ser el primero que la ganó.
Al lanzarse este campeonato, pasaba de ser una actividad semiclandestina a darle la pátina de nobleza que actualmente tiene.
Por su parte, Doyle Brunson, conocido como el Dios del póker y cofundandor de la WSOP junto a Johnny, ganó los torneos de 1976 y 1977.
Tal grande es su sombra sobre este juego que el último torneo que ganó lo hizo con una mano considerada como legendaria, y que ahora lleva su nombre.
En cualquier caso, Doyle dejó constancia de su sabiduría en la obra Super System.
Allí muestra un tratado de estrategia sin parangón, para muchos la Biblia del póker.
Phil Hellmuth
Una generación posterior a las dos leyendas mencionadas apareció otro gran maestro, especializado en la versión Texas Hold´em, creando su propia estrategia.
Phil destacaba sobre el resto de los oponentes por ser capaz de mantener la cabeza fría incluso en los peores momentos.
Además, tenía una capacidad innata para leer los gestos de sus oponentes de forma magistral.
En total llegó a ganar 15 trofeos de la WSOP, incluido el título de 1989.
Phil Ivey y Daniel Negreanu figuras del póker
Estos dos últimos, actualmente en activo, están considerados como dos de las más grandes figuras del póker actual.
Ambos acumulan ganancias económicas y títulos de la WSOP.
En el caso de Daniel, también ha escrito uno de los trabajos con mejor valoración para los jugadores de la variante Texas Hold´em de título Poker Texas Hold’em: El poder de la Estrategia.
Phil Ivey, por su parte, también destaca en el entorno online, obteniendo unos beneficios estimados en
decenas de millones de euros.