Una familia vivió cinco días de amenazas por un extorsionador que les pedía cinco mil dólares para no atentar contra sus vidas, informó la Policía.
Las intimidaciones contra la familia iniciaron el viernes 26 de enero, y continuaron hasta el miércoles, cuando la Policía detuvo al supuesto extorsionador.
Ante las amenazas, la familia presentó una denuncia en la Policía. Con ello, miembros de la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) se hicieron cargo de la operación.
En el informe policial se detalla que la primera amenaza fue a través de una carta donde se les comunicaba que debían pagarles cinco mil dólares para no atentar contra ellos. Como nadie se comunicó con los extorsionadores, la madrugada siguiente hicieron varios disparos contra la casa.
El dueño de la casa dijo a la Policía que eran dos hombres en una moto y dejaron otra carta que, entre otras amenazas, decía que eran miembros de una banda delincuencial que opera en Manta. Producto de este atentado no hubo personas heridas, pero las intimidaciones no terminaron allí.
Uno de los hombres a bordo de una motocicleta solía pasar frecuentemente por la vivienda, recordándoles que debían hacer el pago. Para ese momento, miembros de la Unase estaban a cargo de la operación de detención que ocurrió la tarde del miércoles.
Detención
El informe policial detalla que el miércoles los agentes de la Unase hicieron un operativo y les plantaron una emboscada a los extorsionadores.
Eran las 13h30 cuando apareció Jean Carlos Navarrete García a bordo de una moto, y quien sería uno de los extorsionadores.
La víctima, bajo el control de la Policía, hizo la entrega de un sobre manila donde supuestamente había dinero.
Cuando el individuo intentaba marcharse en la moto, fue detenido y llevado a la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) hasta la audiencia de flagrancia.
La Policía informó que el hombre no registra antecedentes penales.
Desde el año 2021, el delito de extorsión tomó fuerza en el distrito policial de Manta, Montecristi y Jaramijó.
Bandas delincuenciales usan métodos para intimidar a su víctimas, como sobres con balas, panfletos, llamadas intimidantes. Hace dos años también han dejado explosivos en negocios, casas y carros.