El vertido de crudo por la rotura de la tubería de un oleoducto en la provincia amazónica de Napo ha provocado una afectación de 2,1 hectáreas, en su mayoría en una zona protegida, informó este lunes el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador. En un comunicado la Cartera ambiental precisa que la afectación se encuentra dentro del Parque Nacional Cayambe Coca, y que “el derrame ocurre en la zona de protección”. Del área total afectada, 1,6 hectáreas se encuentran dentro de la mencionada zona de protección, mientras que 0,4 hectáreas en una de amortiguamiento del área protegida. Un equipo técnico del Ministerio permanece en el lugar del derrame y monitorea también 210 kilómetros del río Coca y sus afluentes a fin de coordinar las tareas de contención y remediación donde se identifican trazas de hidrocarburo. En las acciones de recopilación de información para determinar la magnitud del daño medioambiental, “se evidenció una potencial afectación a la provisión de servicios ambientales y riesgos para la salud humana”, añade la nota. De forma paralela, el Ministerio del Ambiente ha iniciado acciones legales y administrativas en función de las evidencias de afectación ambiental y social, así como los indicios de daño ambiental, que son objeto de multas y sanciones de acuerdo a la legislación ecuatoriana. El pasado viernes, el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) sufrió una rotura en la zona del río Piedra Fina en la provincia de Napo por la caída de una enorme roca sobre la tubería, que provocó la fuga a presión del crudo, de acuerdo con la petrolera a la que pertenece. El consorcio OCP-Ecuador anunció que trabaja en la reparación de la tubería y tenía previsto iniciar “las tareas de limpieza y remediación” de la zona contaminada por el vertido. Su presidente ejecutivo, Jorge Vugdelija, dijo que la empresa “se hace cargo del evento, ocasionado por fuerza mayor, con la responsabilidad y compromiso con la gente y respeto al medio ambiente que siempre ha caracterizado a la compañía”. El Ministerio del Ambiente confirmó hoy “la retirada de crudo de los siete diques y de la tubería del sitio donde se registró el siniestro” y aseguró que los esfuerzos se centran en las actividades de remediación del suelo. Por su parte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) denunció el domingo la contaminación petrolera en ríos de la región selvática. Imágenes difundidas por la organización muestran manchas de contaminación de crudo en el río Coca, en el que desemboca el Piedra Fina, vía fluvial primaria del derrame. La contaminación de acuerdo a la Confeniae se ha extendido ya unos 300 kilómetros y alcanza la vecina provincia de Orellana. La región amazónica ecuatoriana viene experimentando en los últimos dos años episodios de vertidos provocados por la rotura de tuberías de los oleoductos que trasladan el combustible hasta otras regiones del país causando importantes afectaciones, según las denuncias de los damnificados, buena parte de ellos, miembros de comunidades indígenas. El pasado 8 de diciembre tres oleoductos resultaron dañados y paralizaron el bombeo de crudo en la zona debido al fenómeno geológico conocido como erosión regresiva en la cuenca del río Coca. Previamente, en 2020, un deslizamiento a la altura de la desaparecida cascada San Rafael en la misma región, provocó un vertido de crudo que afectó a unas 27.000 personas. EFE