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El tiempo y la pandemia por el coronavirus han hecho que las costumbres de la nacionalidad tsáchila cambien. 

Ana Calazacón recuerda que hasta hace unos siete años, cuando se conmemoraba a los fieles difuntos, se permanecía todo el día en los cementerios.
Ellos llevaban comida, chicha, pescado y animales como guantas o armadillos para dejar en la tumba de sus familiares.  
Mateo Calazacón tiene a sus padres y dos hermanas sepultadas en el cementerio de la comuna San Miguel de los Colorados, en la vía Santo Domingo-Puerto Limón.
La tradición del 2 de noviembre era llevar comida y pasar todo el día allá, pero con toda la familia.
Mateo cuenta que ahora espera a que sea jueves o viernes de esta semana para ir al camposanto.
Las puertas de dicho cementerio estaban cerradas con una cadena y candados mientras que en la pared se indicaba que la prohibición de ingreso era hasta hoy.
Esa fue la decisión del COE Cantonal para evitar aglomeraciones en estos sitios y frenar posibles contagios por el covid 19.  
Juan Carlos Aguavil está seguro que la mayoría de familias tsáchilas irán entre el jueves y viernes de esta semana a los cementerios ya que existe una creencia de que los muertos cuando no son visitados en su día, empiezan a penar y rondan las casas de sus familiares.