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 López es un agricultor y ganadero de Rocafuerte, quien a pesar de la pandemia no dejó de trabajar para abastecer de arroz, leche y queso.

La venta la hizo al menos a sus vecinos y amigos, pues recuerda que por la restricción de movilidad, que empezó a mediados de marzo del 2020, se encontraban con los operativos que no los dejaban circular en vehículos pese a llevar los productos.
“Yo traía los productos a mi casa y vendía en mi barrio, de esa manera estuvimos trabajando”, comenta López, quien afirma que tampoco paró de sembrar arroz, aunque una vez que tuvo la cosecha, se le dificultó su venta al no poder sacar el producto a los mercados por la restricción de movilidad.
“Lo que hacía era vender directamente al consumidor. Por teléfono contactaba a mis amistades y les ofrecía el arroz, esa fue mi estrategia”, indica.
Así fue como muchos agricultores abastecieron con sus productos a los hogares, aunque la demanda decayó drásticamente.
En el caso de López, de los 100 hasta 150 quintales que lograba vender cada mes, en los primeros meses de pandemia sólo logró vender entre 30 y 40 quintales, es decir, sus ventas se redujeron hasta en un 75%. “Sin embargo, no dejamos de producir, pero el producto se va reteniendo”, menciona el agricultor, al agregar que por la falta de ventas aún conserva cerca de 120 quintales de arroz  y el próximo mes aspira a tener su nueva cosecha; unos 200 quintales más.
López afirma que por la falta de mercados y la acumulación del producto en las bodegas, el quintal de arroz pasó de $30 a 25 dólares. 
“Quisiéramos que se abra más el mercado y que se mejoren los precios; que el arroz se exporte para salir de esta situación, porque a 25 dólares estamos saliendo a pérdida”, recalca.
Nery Rezabala comercializa legumbres en el mercado mayorista de Portoviejo, y recuerda que el centro de abastos fue cerrado desde que se anunció la emergencia sanitaria y eran pocos los productos que llegaban al mercado. “Los productos de la Sierra llegaban, pero se vendían rápido”, comenta, al indicar que a los tres meses de pandemia regresó a trabajar al mercado, pero muchos optaron por no hacerlo. 
Según el Banco Central del Ecuador,  el sector agrícola mostró un crecimiento interanual de 1,4% en el primer trimestre de 2020 (enero a marzo); pero con la llegada de la pandemia, presentó un decrecimiento de 1,2% en el segundo trimestre (abril a junio), aunque hubo productos que experimentaron un aumento, como el cultivo de banano y cacao, de 3,4%.
En el tercer trimestre del año anterior (julio a septiembre) también hubo un decrecimiento interanual de 1,3% de este sector, en la economía del país. 
En el 2019, el Valor Agregado Bruto (VAB) que dejó la agricultura en Manabí fue de $617.562 millones; considerando el decrecimiento de 1,3% que hubo en el 2020, se calcula que la afectación económica que tuvo este sector bordea los 8.029 millones de dólares.
Según el Sistema de Información Agropecuaria, del Ministerio de Agricultura y Ganadería, las ventas acumuladas de maíz en el 2019 registraron un valor de $242,20 millones, pero en el 2020 bajó a $221,94 millones ($20,26 millones menos).