Mientras millones de personas en todo el mundo sufren hambre o malnutrición, la producción de piensos para el ganado y las piscifactorías absorbe y agota unos recursos naturales -y limitados- que podrían alimentar a mil millones de personas.
Esta es la principal conclusión de una investigación de la Universidad de Aalto, en Finlandia, publicada este lunes en Nature Food, que asegura que ajustando la alimentación del ganado y los peces, se podría mantener la producción y, a la vez, poner más alimentos a disposición de las personas.
Estos cambios, relativamente sencillos, aumentarían significativamente el suministro mundial de alimentos, proporcionando calorías para hasta un 13% más de personas sin tener que emplear más recursos naturales o hacer grandes cambios en la dieta, afirman los autores.
En la actualidad, cerca de un tercio de la producción de cereales y una cuarta parte de las capturas de pesca se dedican a la alimentación animal.
Pero ¿y si se pudieran utilizar los residuos de las cosechas y los subproductos alimentarios en la producción ganadera y acuícola?. ¿Se podría liberar material para alimentar a las personas?. Los autores dicen que sí.
El ganado y los peces de piscifactoría podrían alimentarse -por ejemplo- con subproductos del sistema alimentario, como la pulpa de la remolacha azucarera o de los cítricos, los subproductos del pescado y del ganado o incluso los residuos de los cultivos, en lugar de materiales aptos para el uso humano.
Solo con esto, hasta el 10-26% de la producción total de cereales y 17 millones de toneladas de pescado (cerca del 11% del suministro actual de productos del mar) podrían redirigirse de la alimentación animal a la humana.
Dependiendo del escenario preciso, las ganancias en el suministro de alimentos serían del 6-13% en términos de contenido calórico y del 9-15% en términos de contenido proteico, calculan los autores.
“Puede que no parezca mucho, pero se trata de alimentos para unos mil millones de personas”, explica Vilma Sandström, primera autora del estudio.
Estos resultados van en la línea con una investigación anterior de la Universidad de Aalto sobre el desperdicio de alimentos que se pierden en la cadena de suministro, desde la producción, el transporte y el almacenamiento hasta los residuos de los consumidores.
Ese estudio demostraba que reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos a la mitad aumentaría el suministro de alimentos en un 12% aproximadamente.
“Si se combinan con el uso de subproductos como pienso, se obtendría una cuarta parte más de alimentos”, afirma los autores.
Algunos de los cambios, como alimentar al ganado con residuos de cosechas, provocarían un descenso de la productividad ganadera, pero los investigadores lo tuvieron en cuenta en su análisis.
Otro problema es que los alimentos comestibles para el ser humano que se utilizan actualmente en la producción ganadera y la acuicultura son diferentes de los alimentos a los que la gente está acostumbrada.
Por ejemplo, en las industrias de piensos se utiliza una variedad diferente de maíz y algunos de los granos son de menor calidad, mientras que los peces utilizados en la producción de harina de pescado tienden a ser peces pequeños y huesudos que actualmente no son populares entre los consumidores.
Sin embargo, la superación de estos obstáculos podría dar lugar a ganancias sustanciales, concluye el líder del estudio, Matti Kummu.