El 14 de septiembre, la Iglesia católica celebra a San Alberto de Jerusalén, obispo, asesinado por su labor pastoral y la redacción de la Regla del Carmelo.
Orígenes y vocación
San Alberto nació alrededor de 1149 en Sabbioneta, cerca de Parma, Italia, perteneció a la familia noble de los Avogadro. Estudió artes y leyes, pero eligió la vida eclesiástica, por lo que se unió a los Canónigos Regulares de San Agustín en el monasterio de Santa Cruz de Mortara, Pavía, antes de 1180.
Como sacerdote, sirvió en la diócesis de Bobbio y Lodi. En 1184, fue nombrado obispo de Vercelli, donde gobernó durante 21 años y promovió la disciplina clerical y la caridad.
En 1205, el papa Inocencio III lo designó patriarca de Jerusalén, cargo que asumió en un contexto de Cruzadas. Residió en Acre (Tolemaida), ya que Jerusalén estaba ocupada por los sarracenos, según el Martirologio Romano.
Obra pastoral y diplomática
Como patriarca, Alberto medió en conflictos entre cruzados y órdenes militares, como los templarios y hospitalarios. En 1209, reconcilió al rey de Armenia con la Iglesia. Su labor incluyó la protección de los lugares santos y la evangelización.
Su obra principal fue la Regla del Carmelo, otorgada en 1209 a los eremitas del Monte Carmelo, que combinó la Regla de San Basilio con elementos agustinianos y enfatizó la oración contemplativa y la pobreza.
Aprobada por Inocencio III, esta norma guio a la Orden del Carmelo hasta el siglo XVI. Alberto participó en sínodos y promovió la paz, atribuyéndosele la preservación de Tierra Santa, según crónicas papales.
Filosofía y espiritualidad de San Alberto de Jerusalén
La espiritualidad de Alberto se centró en la contemplación, la pobreza y la obediencia eclesial. En la Regla del Carmelo, prescribió la vida eremítica en celdas, con énfasis en la oración y el trabajo manual, inspirado en la tradición bíblica del Monte Carmelo (Elías).
Su filosofía promovió la humildad y la caridad, rechazando la violencia de las Cruzadas por la paz cristiana, según documentos del patriarcado.
Canonización y reconocimiento
Alberto fue canonizado por aclamación popular tras su muerte, común en la Iglesia medieval. Su santidad se basa en su vida virtuosa, mediación y la Regla carmelita.
Es patrono de los carmelitas, junto a la Virgen del Monte Carmelo, según la Orden del Carmelo.
Celebración del 14 de septiembre
La festividad de San Alberto se celebra el 14 de septiembre, fecha de su asesinato en 1214, según el Martirologio Romano. En Acre, se conmemora su muerte durante la procesión de la Exaltación de la Cruz.
Los carmelitas celebran con misas y lecturas de su Regla.
Legado en la Iglesia de San Alberto de Jerusalén
El legado de Alberto incluye la Orden del Carmelo, que expandió su regla a Europa y América. Su mediación diplomática preservó la cristiandad en Tierra Santa.
La Regla influyó en reformadores como San Teresa de Ávila. Su tumba en Acre y su memoria en Vercelli perpetúan su culto, según archivos carmelitas.