El 11 de julio, la Iglesia católica celebra a San Benito de Nursia, monje venerado por fundar la orden benedictina y redactar su Regla.
Orígenes y vocación
San Benito de Nursia, nacido en 480 en Nursia (actual Norcia, Umbría, Italia), provino de una familia noble. Hermano gemelo de Santa Escolástica, estudió retórica en Roma, pero disgustado por la corrupción de la ciudad, se retiró a los 20 años a Enfide y luego a una cueva en Subiaco como ermitaño.
Según la Vita de San Gregorio Magno, vivió tres años en soledad y atrajo a discípulos por su santidad. En 500, fundó 12 monasterios en Subiaco, cada uno con 12 monjes, bajo su guía. En 529, estableció el monasterio de Montecassino, que se convirtió en el centro del monacato occidental. Allí redactó la Regla de San Benito, un texto de 73 capítulos que regula la vida monástica.
La Regla de San Benito
Escrita hacia 530, organizó la vida monástica con un equilibrio entre oración, trabajo y lectura. Además, estableció horarios para el Oficio Divino, normas de obediencia, humildad y hospitalidad, resumidas en el lema “Ora y trabaja”. Monasterios en toda Europa adoptaron esta Regla, que influyó en la cultura medieval.
Benito también fundó escuelas para niños, con lo que sentó las bases de la educación monástica, según Catholic Encyclopedia.
Filosofía y espiritualidad de San Benito de Nursia
Canonización y reconocimiento
San Benito fue canonizado por aclamación popular tras su muerte en 547. En 1964, Pablo VI lo proclamó patrono de Europa por su influencia en la cristianización y cultura del continente. Es también patrono de monjes, espeleólogos y escolares.
Celebración del 11 de julio
La festividad de San Benito se celebra el 11 de julio, fecha de su muerte en 547, según el Martirologio Romano. En Montecassino, la abadía acoge misas solemnes, y sus reliquias, que se conservan en un relicario, atraen peregrinos. La Orden de San Benito (OSB) conmemora su legado con el Oficio Divino en monasterios mundiales.
Legado en la Iglesia de San Benito de Nursia
El legado de Benito incluye la Orden Benedictina, que preservó la cultura clásica durante la Edad Media al copiar manuscritos. La Regla influyó en otras órdenes, como los cistercienses, y en la espiritualidad de figuras como San Bernardo de Claraval. Montecassino, que fue reconstruido tras su destrucción en 1944, sigue siendo un centro espiritual. La Medalla de San Benito, popular desde el siglo XVII, es un símbolo de protección.