La estimulación fisiológica en el implante de marcapasos, una técnica que permite estimular el corazón utilizando las vías de conducción normales, es decir, de manera “natural”, es la última “revolución” en materia de cardiología que puede beneficiar a unos 12.000 pacientes al año en España.
Así se ha puesto de manifiesto en un encuentro informativo organizado por la Agencia EFE y Quirónsalud para abordar las últimas novedades en salud cardiovascular, en el que el jefe de servicio de Cardiología de Quirónsalud Alicante, Luis González, ha destacado que esta técnica “está siendo un boom en Europa” y permite corregir la “debilidad” en el corazón que pueda provocar el marcapasos en determinados pacientes.
Ha explicado que a pacientes que tienen el corazón debilitado por un bloqueo de una rama o por la estimulación constante, se les puede corregir esa situación mediante una conexión selectiva del marcapasos insertado dentro del sistema de conducción del paciente.
“Para implantar un marcapasos de manera clásica se colocaba un cable en la punta del ventrículo derecho, donde se podía, pero esa no es la vía de conducción normal y la contracción podía debilitar el músculo cardíaco”, ha explicado González, que ha detallado que “lo que hace esta nueva técnica es utilizar la vía natural, la forma en la que estamos diseñados”.
Añade que se recupera “el camino natural del impulso eléctrico” y por ello se colocan los cables del dispositivo en una zona fisiológica, haciendo una especie de “bypass eléctrico”.
Se trata de una técnica que, según el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Julián Pérez- Villacastín, “funciona en todo paciente que necesita un marcapasos, que son muchos”, en concreto, 820 por cada millón de habitantes, alrededor de 12.000 al año en toda España.
La jefa de Cardiología de Quirónsalud València, Catheline Lauwers, ha explicado que con esta técnica el corazón recupera el camino natural del impuso eléctrico, “reconoce su dinámica normal y se vuelve a contraer de una forma más natural”.
Estos avances se complementan, ha señalado Pérez-Villacastín, con “la relación entre la producción de medicamentos y la investigación”, que está dando lugar a fármacos más potentes y avanzados, como los que actúan contra el colesterol.
No solo eso, sino que, para simplificar los tratamientos y evitar su abandono, se trabaja en soluciones que puedan incluso sustituir la ingesta de pastillas, de modo que llegará el momento en que “con una vacuna cada seis meses para pacientes con enfermedades coronarias te olvides del resto de medicación”.
“En los últimos cinco años hemos pasado a tener armas farmacológicas muy potentes para mejorar el día a día del paciente”, ha asegurado Catheline Lauwers, que ha añadido que “con los nuevos fármacos, se puede ver una mejoría clara en apenas 15 días.
El responsable de Cardiología de Quirónsalud Torrevieja, Rafael Florenciano, ha apuntado que la revolución farmacológica es tal que incluso se ha descubierto que el uso de un medicamento inicialmente indicado para patologías como la diabetes quizás “no es lo mejor para tratar esta patología, pero sí para la insuficiencia cardíaca”.
De otro lado, Florenciano ha destacado la novedad que supone la técnica TAVI, que se utiliza para implantar a través de un catéter una válvula artificial para sustituir la válvula aórtica cuando esta funciona mal.
La principal ventaja de esta técnica, que sustituye a la cirugía tradicional abriendo el tórax, es que “evita parar el corazón y la circulación extracorpórea”, además de que permite introducir válvulas artificiales pero biológicas, es decir, hechas de materiales como pericardio bovino o porcino, más asimilables por el organismo humano.
Con el tiempo, además, se ha evolucionado en las vías de implantación, que pueden ser también por el cuello, la carótida, o la axila si la arteria femoral del paciente no tiene el diámetro suficiente.
CATÉTERES CON GPS PARA ARRITMIAS. Por su parte, el jefe de Cardiología de Quirónsalud Alicante, Luis González, ha considerado fundamentales los avances médicos en materia de arritmias, un problema que afecta a muchos pacientes en España, tantos que “el 40% de las consultas en Cardiología corresponden a palpitaciones, que muchas veces pueden derivar en arritmias”.
“Cuando comenzó la electrofisiología se limitaba a rayos x y catéteres que te quemaban con la punta, pero cada vez tenemos mayor arsenal de catéteres”, ha destacado González, que ha detallado que ahora existen instrumentos “con sensores de contacto que permiten quemar en función de la presión o con sistemas de irrigación que posibilitan transmitir el calor y hacer una quemadura de más calidad y más profundidad”.
Sin embargo, la principal innovación es el uso de catéteres guiados mediante sistemas de navegación, verdaderos GPS médicos cuyo uso guía un ingeniero que “reconstruye la anatomía del paciente por dentro y da información sobre el voltaje o los circuitos eléctricos del paciente”.
Para Pérez-Villacastín, es “una suerte ser cardiólogo” actualmente, porque han vivido varias revoluciones que permiten hacer cosas “impensables hace 5 o 10 años”, ya que “si la primera gran transformación fue la técnica”, a esta le ha seguido la de los medicamentos: “Antes a un paciente con taquicardias había que mandarlo a su casa con unos medicamentos que le sentaban fatal y ahora se puede curar”.
Los expertos han resaltado también la importancia de que los centros hospitalarios tengan un “código infarto”, un protocolo que permite que, cuando un paciente llegue con una arteria coronaria cerrada, se pierda el menor tiempo posible para abrir esa arteria y que la sangre siga fluyendo.
Se evita así la muerte de los tejidos por falta de oxígeno, lo que “salva muchas vidas” y determina “radicalmente” la calidad de vida del paciente que sobrevive, ha explicado Lauwers.