Vivir el duelo y olvidar los rencores te ayudará a ser amigo de tu expareja y tener una amistad sincera y no forzada.
Cultivar una amistad con tu expareja es una forma de no perderla del todo y valorar su aporte en tu vida.
Sin embargo, esto no siempre es una buena idea, principalmente si uno de los dos aún sigue enamorado, explica la psicóloga Vanessa Armendáriz.
Ella señala que para lograr una amistad con tu expareja “debe existir un cariño verdadero” y que la relación haya culminado en buenos términos.
“Ser amigo de tu expareja es sano, siempre que se haya superado la ruptura y hayas considerado que es una persona importante en tu vida, pero que debe ocupar otro lugar al que abarcaba antes”, manifiesta.
Aclara que esta decisión debe ser conjunta y que las intenciones no sea confundir al otro con sus sentimientos.
Lo que debes tener en cuenta sobre ser amigo de tu expareja
La especialista acota que si la relación que se vivió estuvo basada en el respeto mutuo, no se hicieron daño psicológico o emocional y la ruptura se dio porque “se apagó la llama”, se puede entablar una amistad.
Asimismo, menciona que antes de tomar esta decisión es necesario que la persona pase por un duelo y que se pregunte así misma “¿qué siento?”.
“Tener un duelo y tomar distancia inicial siempre será bueno para la persona, porque le ayuda a autoconocerse y a no repetir los patrones negativos de su pasada relación”, puntualiza.
Agrega que “a veces esta decisión de ‘ser amigos con el ex’ se da porque aún no se ha aceptado la realidad de que se terminó, lo cual no es positivo”.
Recomienda una conversación con la otra persona y sincerarse sobre lo que se vivió en su momento, para dejar atrás los rencores y malos entendidos.
“Mantener una relación cordial y equilibrada, sobre todo, en el caso de personas que siguen compartiendo intereses en común o que han acabado de una forma amistosa o de común acuerdo”, afirma. Armendáriz recalca que este proceso no se debe forzar.
De su parte, la psicóloga Viviana Constante apunta que no es recomendable que esta “amistad” se convierta en un bálsamo para sanar el dolor que pueda haber en alguno de los dos.
Tampoco cuando ambos no se encuentran en el mismo punto o no tienen el mismo concepto sobre lo que esperan sobre su relación, una vez roto el vínculo amoroso.
Ella advierte que las prisas en este escenario tampoco son buenas compañeras. “Necesitamos tiempo para cambiar ‘de categoría’ a la persona con la que compartíamos nuestra vida”, dice.