Ecuador requiere un pacto nacional para enfrentar el actual nivel de violencia delictiva.El país está en un laberinto que parecería terminará consolidando un sistema fallido o un narco Estado.
La patria necesita la participación y el compromiso de todos. El enemigo es gigante; mueve miles de millones de dólares, es despiadado y combatirlo requiere dinero que debería ser destinado a educar y salvar vidas.
Los hechos dicen que lo que se hace actualmente para enfrentar este problema es un fracaso y lo del pasado reciente también lo fue, porque es claro que a esta crisis no solo se llegó en los meses del actual gobierno, es producto de años de políticas equivocadas, de incapacidades, malas leyes, pésimos fallos, de acciones complacientes, de omisiones, de instituciones de control ineficientes, así como de impunidad e injusticia.
“A ningún ecuatoriano honesto le conviene que se fracase en este tema”.
Lo que ocurre con la delincuencia y su nivel de salvajismo refleja el fracaso de las acciones de los actores de la vida pública.
Y hay que entender que en el vaivén del péndulo democrático, otras agrupaciones y figuras políticas gobernarán con el pasar de los años, y no les convendría dirigir al país con este problema más inmanejable. Pero, incluso, aunque no lleguen al poder, los líderes deberían pensar si sus hijos merecen el Ecuador que se está cultivando.
Eso hay que pensarlo y resolverlo hoy. Si el debate público no es serio y se sigue contaminando irresponsablemente, se estaría destruyendo el poco espacio que podría quedar para salir de uno de los momentos más complejos de Ecuador.
Editorial de El Diario publicado este domingo 20 de febrero del 2022 en nuestra edición impresa