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El Estado debe limitarse a cumplir las funciones que están dentro de sus competencias determinadas por la Constitución y las leyes, como brindar seguridad, administrar justicia, dotar de algunos servicios básicos, entre otras, y no hacer las veces de emprendedor.

Por ello, es procedente que el Estado se desprenda de su participación en empresas que compiten con el sector privado.

Algunas empresas públicas ya no tienen razón de ser, como el Banco del Pacífico, por ejemplo, que fue recibido como pago a raíz de la crisis bancaria, y que ahora, con una fortalecida red de bancos privados, bien puede ser vendido. Hay voces en contra que critican que se pretenda vender una empresa rentable como esta, pero este es el mejor momento, cuando tiene un alto valor.

“Ecuador debe tener un Estado que no intervenga en temas que no le competen”.

Así mismo, CNT, que ya con el avance de la tecnología no debería mantenerse como parte del sector público.

Ecuador debe tener un Estado que no intervenga en temas que no le competen. Es más, algunas de las empresas públicas son deficitarias, por lo que su mantenimiento demanda asignaciones que pueden destinarse a mejorar servicios o ejecutar obras.

¿Qué se hace con el dinero de la venta de activos públicos? Ese es motivo de otra discusión pero, al final, la decisión está en manos del Gobierno.

Editorial de El Diario publicado este domingo 12 de diciembre del 2021 en nuestra edición impresa.