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 La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera a la población joven como las personas comprendidas entre los 15 y 24 años. Las leyes electorales de Ecuador definen como jóvenes a las personas de entre 18 y 29 años, en las listas para elecciones pluripersonales que han inscrito los partidos y movimientos deben incluir al menos el 25 % de mujeres y hombres en esas edades.

Ecuador, en la actualidad, presenta la mayor generación joven de toda la historia demográfica del país. Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en el 2014 el 24% de la población ecuatoriana se encontraba constituida por personas que forman parte del segmento comprendido entre 16 y 29 años. Además, según análisis desarrollados por el Fondo de Población de Naciones Unidas, el segmento comprendido entre 18 y 29 años continuará siendo el más amplio durante las próximas décadas. 
El Estado reconoce y garantiza a todos los ciudadanos los derechos de participación de “elegir y ser elegidos”, lamentablemente la participación y representación política  de los jóvenes, analizado desde el ordenamiento jurídico, presupuestos históricos, teóricos, filosóficos y constitucionales,  sigue siendo una tarea pendiente de nuestra democracia.
Los jóvenes no están dispuestos a participar en política porque lo consideran un espacio adultocéntrico y conflictivo que los margina porque la adultocracia impone la idea de que la juventud no está preparada profesionalmente para asumir las responsabilidades de un cargo público o privado.
La participación política de la juventud se debe dinamizar y darles a los jóvenes un rol protagónico, con capacidad de participación, opinión y  decisión en la búsqueda del desarrollo democrático, social y económico. 
Pese a esto, la juventud ha logrado marcar hitos en los diferentes campos de la convivencia nacional. En Ecuador hay consenso respecto a que la democracia es la mejor forma de gobierno, la participación de los jóvenes en la política ecuatoriana es una vía activa de construcción de ciudadanía y el mecanismo mediante el cual se interviene lo más directamente posible en el proceso de decisiones públicas. 
En el próximo proceso electoral del 7 de febrero del 2021, es fundamental que los jóvenes intervengan con su sana energía, capacidad, creatividad multiplicadora,  ideas innovadoras y claras para construir una sociedad más humana, integral, sustentable y culta.
 
Carlos Intriago Macías