Remediar casi siempre es más costoso y duele más que prevenir. Por eso hay que incentivar la cultura de la prevención.
Pese a eso el Estado ecuatoriano, quienes crean políticas públicas y los burócratas pocas veces entienden la cultura de la prevención.
Casi siempre se ven acciones que son el resultado de reacciones.
Hay pocas excepciones: los programas de vacunación, algún mantenimiento vial aislado y alguno que otro programa más.
La reacción ante un problema es la constante y no la prevención.
Intentar remediar los daños y no minimizar los riesgos es, lamentablemente, un hecho repetitivo en Ecuador; y esto incluye las instituciones que dependen de las estructuras nacionales y de los organismos seccionales.
“La reacción ante un problema es la constante y no la prevención”.
En muchos casos, adicionalmente, después de un problema, daño o desastre, se anuncian una serie de medidas que no tienen seguimiento y quedan en ofertas, como las que se hicieron tras las inundaciones de Chone, la caída del puente Quimís, la inseguridad, los problemas de salud pública y muchos más.
Luego sobran las justificaciones absurdas y burdas.
También es verdad que los organismos de planificación, de riesgos y las diferentes instancias y niveles de gobierno pagan cuantiosas consultorías para anticipar hechos, pero si se guardan y no se usan son un desperdicio de recursos.
En definitiva, uno de los problemas graves de Ecuador es la improvisación y falta de anticipación.
Editorial de El Diario publicado el lunes 8 de mayo del 2023 en nuestra edición impresa.