La focalización de subsidios y bonos en el país debe hacerse de manera responsable para beneficiar a quienes realmente lo requieren y no caer en prácticas injustas.

Con el incremento de las tarifas de energía eléctrica y de los precios de los combustibles se ha tratado la focalización de subsidios como un mecanismo de compensación para determinados sectores.

Y es necesario, pero en ello deben confluir, a más del trabajo técnico, el aspecto social y el  humano.
Al inicio pueden ocurrir errores, y de hecho será así, pero se los debe subsanar conforme se vaya afinando el conocimiento de los casos.

“Deben tomarse en cuenta lo técnico, lo social y lo humano”.

Lo mismo debe hacerse con los bonos que se entrega a personas bajo el umbral de pobreza, con discapacidad severa o de la tercera edad. El trabajo técnico, sin el componente social, ha hecho pecar de injustas a las autoridades, a juzgar por varios casos que se han difundido en los medios o en las redes sociales.

No se trata de discriminar a quien tiene más; lo que debería buscarse es que las ayudas que se otorguen, sean bonos o subsidios, vayan dirigidas a quienes sí los requieran. El cómo hacerlo es el desafío para no caer en injusticias.

Editorial de El Diario publicado este sábado 12 de junio del 2021 en nuestra edición impresa.