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La Asamblea Nacional ha dado paso a una petición de las Naciones Unidas para que nuestro país adopte la fecha del 20 de mayo como el Día Internacional de las Abejas, solicitada por considerar la contribución de los servicios ambientales que proporcionan estos insectos a la salud del hombre y de los ecosistemas, al preservar la biodiversidad genética y de las especies.

Las abejas cumplen una doble función en la naturaleza, la de ser un excelente polinizador de especies vegetales y la de producir miel y subproductos. Esta declaratoria conlleva un compromiso para propender a la protección de estos importantes organismos. 
Al respecto, en los países desarrollados se está legislando en favor de estos artrópodos, en Estados Unidos se formó una comisión de alto nivel en el Gobierno con este objetivo, y en la Unión Europea varios países están restringiendo el uso de pesticidas que sean tóxicos para las abejas.
Las abejas melíferas fueron introducidas al continente americano durante la Colonia. En el siglo anterior se recuerda el episodio del enjambre de abejas africanas que escapó de un laboratorio en Brasil donde planeaban cruzarlas con las mansas europeas, por ser mejores productoras de miel aunque más agresivas. En Ecuador también se reporta la presencia de unas 89 especies de abejas nativas sin aguijón. Nuestra producción de miel es deficitaria incluso para consumo nacional, datos oficiales reportan algunas decenas de asociaciones de apicultores en provincias de la Sierra, conformadas por casi un millar de miembros. 
Su principal rol es el de ser el más importante polinizador de las plantas para la producción vegetal, por lo que hay quienes afirman que la disminución de las poblaciones de abejas pondría en riesgo la producción de alimentos para la humanidad. Lo cierto es que en algunos países de cuatro estaciones, los apicultores movilizan y alquilan sus colmenas entre los agricultores, ante la urgencia de polinizar sus flores. 
Esperamos que se motive en las provincias costeñas el interés por la industria apícola y su potencial exportable como alternativa productiva del sector rural, en esta región de clima tropical hay mayor diversidad de especies vegetales durante todo el año, asegurándoles provisión permanente de polen. Factor que iría paralelo con el uso racional de plaguicidas en los cultivos agrícolas, para reducir o impedir la mortalidad de estos nobles insectos.