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La eliminación del analfabetismo debe ser un fin de todo gobierno, sea de la tendencia que fuere, y en ello debe centrarse parte de los esfuerzos en los órdenes educativo y social.

Pero debe ser una labor efectiva, más allá de estadísticas que pueden ser manipuladas, como ocurrió con un anterior gobierno en el que se realizó un acto público en el que se declaró al país libre de analfabetismo, cuando la realidad era otra.

Se tiene que luchar contra la deserción escolar, que se escuda en la pobreza y la migración, y que a la postre afecta a la formación de niños y adolescentes.

Se debe reforzar la nivelación académica de los estudiantes que perdieron dos años de educación plena debido al confinamiento por la pandemia.

“Mientras se lucha contra el analfabetismo digital, hay brechas en la formación básica”.

Se tienen que establecer desde todos los niveles de gobierno metas claras y alcanzables para ir terminando con el analfabetismo.

Es impensable que mientras la sociedad promueve la lucha contra el llamado analfabetismo digital, se mantienen brechas de conocimientos básicos en la población.

Para ello hace falta disponibilidad de recursos, es cierto. Pero hay que optimizar los que se tiene y hacer eficiente el desempeño del Estado.

Editorial de El Diario publicado este viernes 9 de septiembre del 2022 en nuestra edición impresa.