Estados Unidos ha vuelto a vivir otra noche de terror. Esta vez en la ciudad de Monterey Park (condado de Los Ángeles). Allí un tirador asesinó en la noche del sábado 21 de enero del 2023 a diez personas. También hirió a otras tantas cuando se encontraban en una sala de baile durante la celebración del Año Nuevo Chino.
“La gente puede pensar que este es otro caso más, pero no aquí. Esta es una de las áreas más tranquilas y seguras del condado. Estamos devastados”, aseguró a EFE este domingo Jun Xiaozhe, un hombre que vive a dos manzanas del lugar de los hechos.
Monterey Park es una urbe ubicada a 13 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles. En ella, según datos oficiales, más del 65 % de sus aproximadamente 60 mil habitantes son de origen asiático.
Año Nuevo Chino
La festividad del Año Nuevo Chino era uno de los momentos más importantes para una comunidad compuesta sobre todo por población china. Pero también vietnamita, filipina, coreana o malaya, entre otras nacionalidades.
Centenares de puestos de comida y artesanías, escenarios para actuaciones musicales, atracciones para niños e improvisados salones de belleza callejeros se habían desplegado por el bulevar Lincoln. Esta es una de las arterias principales de la ciudad, hasta su cruce con la avenida Garvey.
Varios miles de personas se congregaron allí el sábado por la noche en un evento cuya segunda jornada ha sido cancelada. Estaba situada a apenas 100 metros del local de baile de la avenida Garvey donde a las 22h22 se desató el pánico.
“Acababa de volver a casa y escuché varias detonaciones. Ahora sé que son disparos. Pero entonces pensé que tan solo eran fuegos artificiales”, explicó a EFE David Kwan.
Él es un vecino malayo de 52 años que lleva instalado en el área desde hace cuatro décadas.
Kwan y Xiaozhe, reunidos junto a un centenar de personas frente a un amplio dispositivo policial, hicieron hincapié en que el suceso es algo “inaudito” en Monterey Park. Ya que “nunca” se ha vivido algo así.
“Aquí puedes pasearte a las dos de la mañana en bicicleta con 3.000 dólares en el bolsillo y no tienes por qué preocuparte”, recalcó Xiaozhe. Esa ciudad, según Kwan, “no es el centro o el sur de Los Ángeles”, zonas popularmente conocidas por ser epicentro de pandillas y por contar con altas tasas de criminalidad.
Capturan a posible sospechoso del tiroteo
La investigación del suceso sigue abierta. La Policía dice haber localizado a un posible sospechoso. Cree que el autor de los hechos es la misma persona que unos 20 minutos después intentó atacar otra sala de baile en la localidad vecina de Alhambra, a apenas 5 kilómetros de distancia. Ese hombre fue desarmado y se dio a la fuga.
“Será difícil que se justifique como un crimen contra la comunidad asiática porque el autor podría haber atentado en el evento y habría tenido más impacto. Todo apunta a que fue algo personal”, explicó John McKinney, un fiscal local de Monterey Park, a EFE en las cercanías del local de la matanza.
Aunque el móvil del crimen está por averiguarse, la comunidad asiática del condado de Los Ángeles afirmó estar “conmocionada”. Eso podría afectar gravemente al desarrollo de otras festividades por el Año Nuevo Chino que estaban previstas para el próximo fin de semana en municipios cercanos.
“Probablemente la gente tenga miedo ahora de acudir a estos eventos. Hasta que no se llegue al final del caso, no podremos estar tranquilos”, afirmó Chester Chong, el presidente de la Cámara de Comercio china de Los Ángeles, quien se desplazó a la zona para “apoyar” a sus compatriotas.
El ataque de Monterey Park ocurre en la misma semana en la que un tiroteo en el pueblo de Goshen (centro de California) dejó seis muertos. Incluidos una madre de 17 años y su bebé de seis meses, en un suceso que todo apunta a que estuvo relacionado con un cártel de la droga.
Además, es uno de los más letales de California en la última década, después de que un matrimonio abatiera a 14 personas en una fiesta de trabajo en la ciudad de San Bernardino. Y tras el tiroteo de 2018 en la localidad Thousand Oaks, donde un marine retirado mató a 12 individuos en un bar. EFE