El seleccionador Gustavo Alfaro, que saltó del fracaso con Boca Juniors a la categoría de casi héroe con una selección ecuatoriana que armó sobre la marcha y con la que logró impactantes triunfos en 2020, puede pasar de héroe a villano por sus experimentos y errores, que el domingo le costaron a sus pupilos una dolorosa derrota.
Aunque transcurridas once jornadas Ecuador permanece en el tercer puesto de la clasificación sudamericana para el Mundial de Catar, con 16 puntos, la derrota del domingo por 2-1 ante Venezuela, último de la clasificación, ha encendido todas las luces de alarma en el país.
“Lamentablemente, las fallas que tuvimos en defensa y en ataque nos privaron de llevarnos un buen resultado”, dijo Alfaro en rueda de prensa tras el partido, antes de reconocer que este resultado “nos puede llegar a complicar”.
Y si bien este fin de semana se vio favorecido por la derrota de Uruguay ante Argentina (3-0) y el empate de Colombia con Brasil (0-0), la tercera posición de Ecuador se podría tambalear este mismo jueves cuando se enfrente a los cafeteros en Barranquilla.
De perder, estos últimos lo superarían por dos puntos en la clasificación: 18 y 16 respectivamente.
También dependerá Ecuador del resultado del Uruguay-Brasil, dado que los charrúas están ahora en cuarta posición con los mismos puntos que Ecuador, 16, pero menor diferencia de goles.
En la ida, en noviembre, Ecuador derrotó a Colombia por un contundente 6-1, aunque la irregularidad de la Tri este 2021 no garantiza ni mucho menos un resultado a favor este jueves.
Este año ha ganado dos encuentros (Paraguay y Bolivia, ambos en casa), empatado uno (Chile, en casa) y perdido los tres que jugó fuera contra Brasil, Uruguay y Venezuela, y un cuarto en casa frente a Perú.
Todo ello podría suponerle salir de los puestos de clasificación, o quedarse en el borde de la repesca, cuando por delante tiene una agenda de tres partidos en casa que incluyen a Argentina y Brasil, que en las pasadas eliminatorias le arrebataron la ventaja de local.
Así las cosas, Alfaro y sus pupilos se ven ahora obligados a ganar puntos como visitante, primero ante Colombia, pero posiblemente también, en los próximos meses, en sus desplazamientos a Chile, Perú y Paraguay.
Las responsabilidades parecen volcarse en los experimentos del técnico, con una circulación de jugadores fuera de lo normal y que forma parte del proceso de consolidación de una nueva selección.
Un ejemplo fue la titularidad ante Venezuela del debutante Moisés Ramírez, error que pagó caro cuando al cancerbero se le coló inexplicablemente un tiro libre controlable desde gran distancia y que alcanzó a tocar con sus puños estando de pie, permitiendo el gol de la victoria de la Vinotinto cuando Ecuador tenía controlada las acciones.
Lo curioso es que Alfaro también tenía convocados a los experimentados Alexander Domínguez y Pedro Ortiz, pero ante a priori la débil Venezuela se inclinó por el más joven, quizá no teniendo en cuenta lo crucial de los tres puntos.
O quizá se deba a su afán desmedido por armar un equipo ideal solo con jóvenes, conjunto que sigue sin encontrar transcurrido algo más de un año de gestión.
“Hay críticas despiadadas contra el joven Ramírez. Es el menos culpable del papelón. Es responsable del segundo gol, pero no de las erradas decisiones que se toman en convocatorias, alineación, planteamiento y cambios. A los títeres los mueve un titiritero”, escribió en su cuenta de twitter el destacado comentarista ecuatoriano Carlos Víctor Morales.
“Se perdió un partido increíble (..) Seguimos ensayando y probando”, dijo por su parte el periodista Roberto Omar Machado.
Para muchos, los experimentos de Alfaro descompensan al equipo tanto por sus convocatorias como por sus planteamientos en el terreno de juego, y a ellos se atribuyen los cinco puntos que perdió de local ante Perú y Chile, y como no, la derrota ante Venezuela.
Y es que con los pobres resultados de la Tri hasta ahora como visitante, y la dificultad por delante de recibir en casa a Argentina y Brasil, la derrota ante el colista de Sudamérica ha supuesto un mazazo para las aspiraciones ecuatorianas de clasificarse para un Mundial por primera vez desde 2014.
Los tres puntos del domingo iban a ser un balón de oxígeno de cara al futuro, pero su derrota puede haber puesto ya en jaque a Ecuador a falta de siete partidos. EFE