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Desde hace una semana, Omar Lugo ha tenido que recorrer los pasillos del hospital Rodríguez Zambrano. Se los conoce de memoria, y cuenta que ya identifica a la mayoría del personal médico.

Su hijo, Santiago, de dos años y medio de edad, es uno de los pacientes.
Omar dice que hubiera preferido mil veces que el incidente que llevó a internar a su hijo le hubiera pasado a él.

“Yo lo toleraría, pero no mi hijo. Es un bebé y no es justo que sufra por esto”, dijo Omar, casi entre lágrimas.

Él y su esposa son de nacionalidad venezolana, pero cuentan que tienen más de seis años viviendo en Manta.

Arriendan  una pequeña casa en el barrio San Pedro, donde Omar también arregla muebles, ya que es tapicero, al menos esa era su profesión en su natal Los Teques, en el estado venezolano de Miranda.

Accidente  

Hace una semana la familia se quedó sin energía y una noche la esposa de Omar puso a hervir agua en una olla.

Santiago caminaba por la cocina y no se explican cómo, pero el recipiente con el líquido hirviendo cayó sobre una parte de la nuca, la espalda y uno de los brazos de Santiago.

Omar cree que el hecho que el niño haya andado con doble camiseta esa noche ayudó a que las heridas no fueran tan graves.

Pese a eso, los médicos indicaron que el menor sufrió quemaduras de segundo grado y su estado de salud no dejaba de ser complicado.

A Omar le indigna que la noche del incidente trasladaron al niño hasta el centro de salud de la parroquia Eloy Alfaro, pero tras una revisión los médicos mandaron al niño a la casa.

Santiago no dejaba de llorar, por lo que los padres decidieron trasladarlo al hospital Rafael Rodríguez Zambrano, donde de manera inmediata lo internaron, ya que la condición podría empeorar.

Ayuda

Omar cuenta que el trabajo de tapicería no deja muchas ganancias, por lo que también trabaja en oficios relacionados a la albañilería, pintura, electricidad, mantenimientos y demás.

“Me gusta trabajar, si me toca aprender algo lo hago; todo sea por trabajar”, contó este padre de dos hijos.

Él asegura que hasta el momento han necesitado de entre 25 a 40 dólares diarios para comprar medicamentos, cremas, paños, gasas y demás.

“No disponemos de ese dinero. No estoy trabajando. No pido que me regalen algo, pero sí anhelo trabajar para poder ayudar a mi hijo y sacar adelante a mi familia. A diario se gasta en medicinas estando en el hospital y eso sin contar con la comida”, dijo.

Santiago necesita pañales de talla XXG y sus padres esperan el apoyo de las personas para que pueda continuar con su tratamiento.

Omar insiste que prefiere que le ayuden a tener un trabajo para con el sueldo poder comprar las medicinas.

Quienes deseen ayudar con un trabajo a Omar, o medicinas para Santiago, pueden llamar al 0995051810 o al 0963756257.

Quemaduras. Las quemaduras de segundo grado afectan tanto la epidermis como la segunda capa de piel (dermis).

Estas causan hinchazón y hacen que la piel se vea roja, blanca o manchada. Es posible que se formen ampollas y el dolor puede ser intenso. Las quemaduras de segundo grado profundas pueden dejar cicatrices.

Una quemadura de segundo grado, por lo general, se cura en dos a tres semanas, siempre y cuando la herida se mantenga limpia y protegida. No obstante, las quemaduras de segundo grado profundas pueden tardar más en sanar.

Omar está seguro que una vez que Santiago salga del hospital seguirá necesitando de cuidados, medicamentos, cremas, toallas húmedas y demás.