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José Roberto Ponce Cedeño aún no cree la muerte de su único hijo varón.

Ayer por la mañana, desde los exteriores del centro forense, recordaba cómo tan solo horas antes lo vio, conversó con él y tenía la esperanza de que saliera de la clínica privada adonde había llegado herido el miércoles, cerca de la medianoche.

Ese día, a las 23h00, aproximadamente, Geovy Leonardo Mendoza Hidalgo, de 19 años de edad, circulaba por el redondel del Sueño de Bolívar en una motocicleta.

Llovía y la calzada estaba mojada. Presumen que resbaló y, como estaba un poco mareado, no pudo controlar bien el vehículo para evitar el accidente. El hombre tuvo un fuerte golpe.

Tras el hecho, personal paramédico lo trasladó de inmediato hasta una clínica particular.

Los médicos le diagnosticaron una hemorragia cerca del área del pulmón, por lo que estaba bajo tratamiento en la sala de cuidados intensivos.

El jueves su padre fue a visitarlo y no aguantó el llanto al verlo en esas condiciones.

“Papito, no llore, que yo estoy bien”, le dijo. El papá recuerda que después de eso su único hijo varón le contó que sentía calor, se levantó de la cama y se pegó una ducha.

Su único hijo varón

Sin embargo, la salud se complicó horas más tarde y, pasadas las 22h00 del jueves, a la familia le dieron la noticia de la muerte del joven.

La causa, al parecer, sería un paro respiratorio a causa de la presencia de la sangre en sus pulmones.

A Geovy lo están velando en la casa donde vivía con su mamá, ubicada en la cooperativa de vivienda Santa Martha, cerca del colegio Alessandro Volta.

Era soltero, tampoco tenía hijos. Se ganaba la vida trabajando en todo lo que es línea blanca.
Era el único varón entre todas sus hermanas. Tenía una por parte de padre y otras tres por parte de su mamá.

Mañana, 11 de junio, era su cumpleaños. Llegaría a los 20 años de edad; sin embargo, su familia se ha reunido para despedirlo y sepultarlo.