Guayaquil conmemora hoy su independencia política, hecho que inspiró a otras ciudades a hacer lo propio.
En una jornada que marcó un antes y un después en la historia de Ecuador, la ‘Perla del Pacífico’ se proclamó libre de España.
Este acto de independencia no sólo significó la emancipación de Guayaquil. También encendió la llama de la libertad en otros territorios, convirtiéndose en un hito fundamental para la lucha independentista ecuatoriana.
Guayaquil en la historia
Según el historiador Carlos Zambrano, en la época en que se declaró la Independencia de Guayaquil hubo varios movimientos revolucionarios en América. Uno de ellos el retiro del permiso de exportación del cacao a los comerciantes de Guayaquil por parte de las autoridades de Lima.
“La metrópoli española, necesitada de recursos para enfrentar la creciente insurrección de sus colonias, volvió a afectar con nuevos impuestos a las exportaciones cacaoteras de Guayaquil”. Asó lo recalca el historiador, subrayando que ello derivó en los hechos históricos del 9 de octubre de 1820.
A esto se suma la llegada de José de Antepara, José Joaquín Olmedo y José de Villamil, quienes se dedicaron a informar a los guayaquileños los nuevos conceptos políticos y formas de gobierno que debían regir los destinos de los pueblos libres.
9 de octubre
A primeras horas de la mañana del 9 de octubre, Febres Cordero y Nájera tomaron el Cuartel de la Brigada de la Artillería, y lo sometieron sin ninguna resistencia.
Horas más tarde todos los cuarteles de la ciudad ya estaban en manos de los independentistas, y Guayaquil era libre del dominio español.
Ese mismo día se conformó una Junta de Gobierno y se izó la bandera de Guayaquil, con cinco franjas horizontales, tres celestes y dos blancas, y en la celeste del centro, tres estrellas blancas. La bandera de la ciudad sigue siendo la misma desde entonces.
El historiador señala que “los patriotas cuencanos recibieron la noticia de que Guayaquil alcanzó la independencia y este hecho les impulsó a preparar un plan para reunir un cabildo abierto y jurar en él, la Independencia de Cuenca”.
Guayaquil independiente
De acuerdo con Zambrano, “el avance de las fuerzas independentistas de Guayaquil estimuló también la insurgencia de la clase dirigente criolla de la sierra centro-norte. Guaranda, Machachi, Latacunga, Riobamba, Ambato, Alausí, Loja y Tulcán se proclamaron independientes en el breve período comprendido entre el 10 y el 19 de noviembre”.
Eventualmente, la Independencia de Guayaquil se afianzó a favor de Colombia tras la batalla del Pichincha en 1822. Esto culminó en la anexión de Guayaquil a Colombia y el destierro de José Joaquín de Olmedo.
Zambrano concluye que, a pesar de las aspiraciones de Olmedo de consolidar Guayaquil como una ciudad-Estado, su visión se encaminaba hacia una república junto a Quito y Cuenca.
Esto “finalmente contribuyó a la creación del Estado ecuatoriano en 1830”.