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 La Estación Espacial Internacional (EEI) lleva veinte años en órbita y las tripulaciones que en ella conviven forman una “microsociedad”, cuya vida y cultura están siendo estudiadas.

La capacidad de entender esa “microsociedad” ofrecerá una ventana al funcionamiento de la vida en el espacio cuando los humanos se planteen la exploración interplanetaria, según un estudio que publica Antiquity.

Un equipo de expertos está reconstruyendo la vida en la plataforma orbital durante las dos últimas décadas, para comprender mejor la cultura espacial y conocer de cerca cómo interactúan los astronautas con sus herramientas y colegas cuando están en la Tierra.

Uno de los medios principales de estudio serán los millones de fotografías que han tomado en la EEI para documentar la evolución y los cambios de estilo de vida y su composición cultural, explicó la arqueóloga Alice Gorman, de la Universidad de Flinders, en Australia.

Las imágenes incluyen metadatos con la hora y la fecha, que “se convierten en una excavación que vincula el contenido de las imágenes con momentos en el tiempo”, destacó.

Además, los astronautas a bordo de la estación podrán hacer estudios arqueológicos del interior de la misma para documentar aspectos de la vida que no pueden deducirse solo del análisis de las imágenes.

Un posible estudio es, según Justin Walsh de la Universidad de Chapman (Estados Unidos) y coinvestigador del proyecto, el muestreo de la superficie para detectar la acumulación de polvo, pelo, células de la piel, aceite, suciedad, alimentos, fragmentos rotos de equipos y otros materiales.

Otras técnicas incluyen la grabación de audio para identificar los niveles de sonido ambiental y la documentación de espacios públicos específicos, como las zonas de comedor, y, si es posible, de áreas privadas como los camarotes de la tripulación.

Además de entrevistas y cuestionarios anónimos con el personal de vuelo y tierra, el grupo se interesa por los objetos que desde la estación se devuelven a la Tierra, para analizar los valores y significados asociados a estos.

El análisis preliminar de las transcripciones de entrevistas “indica la complejidad del proceso por el que los artículos entran en el inventario” para ser devueltos, destacó Gorman.

La experta indicó que, si los objetos asociados a la Estación Espacial han sido desechados en la Tierra en matrices en el suelo, podrían utilizarse las técnicas tradicionales de excavación arqueológica para recuperarlos y analizarlos.

Entender cómo los individuos y los grupos utilizan la cultura material en las estaciones espaciales, desde los objetos hasta las relaciones contextuales, “promete revelar las intersecciones de la identidad, la nacionalidad y la comunidad”, consideró Walsh. EFE