La violencia criminal azota Manabí con crudeza implacable. Del 1 de enero al 8 de septiembre acumuló 848 homicidios, solo superada por el Distrito Metropolitano de Guayaquil con 2.229 casos, según datos oficiales de la Policía Nacional. Le siguen Los Ríos con 841, el resto de Guayas con 641, El Oro con 447 y Esmeraldas con 223. Estos números reflejan una escalada alarmante, donde el 97% de los crímenes se cometen con armas de fuego, principalmente por amenazas y tráfico de drogas, que representan el 98% de los hechos.
En Manabí, el distrito policial de Manta (incluyendo Montecristi y Jaramijó) lidera con 357 casos, seguido de Portoviejo con 235 y Sucre con 55. Sin embargo, las cifras podrían subestimar la realidad: familiares de víctimas a menudo impiden el levantamiento de cuerpos para autopsia en el centro forense de Manta, excluyéndolos de las estadísticas oficiales. La mayoría de los ataques ocurre de jueves a sábado, entre las 18h00 y 23h00, según informes policiales.
La Policía confirmó estos datos tras un informe. “La violencia criminal domina, pero incrementamos operativos para contrarrestarla”, declaró uno de los jefes policiales. Los picos se vinculan a eventos clave: en las primeras cinco semanas de 2025, 84 muertes superaron al mismo período de 2024.
Picos de violencia tras crímenes de sicarios
La semana 27 de julio registró 26 muertes tras la captura de Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, líder de Los Choneros, el 25 de junio de 2025 en Manta. Esta detención desató disputas internas y con rivales como Los Lobos, elevando la tensión en Manabí. Según la Policía, la recaptura de Fito, prófugo desde enero de 2024, provocó un rebrote inmediato, con masacres en Manta que dejaron más de 20 víctimas en tres días.
En la semana 59 de agosto, 51 homicidios siguieron al asesinato de Leonardo Briones Chiquito, alias “Mexicano”, financista de Los Lobos, el 16 de julio. En un informe se reporta que su muerte intensificó la guerra entre bandas, con Manta superando 344 asesinatos en 2025, el récord histórico. En septiembre, la semana 33 vio 31 muertes tras el decomiso de más de 10 toneladas de droga, un golpe millonario a las mafias que generó represalias, estos datos entregados por la Policía.
Estos eventos subrayan la retaliación del crimen organizado. Un informe del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO) indica que el primer semestre de 2025 registró 4.619 homicidios nacionales, un 47% más que en 2024, con Manabí contribuyendo 568 casos en el primer semestre.
Contexto histórico de la inseguridad en Manabí
Manabí, con sus puertos clave como Manta, se ha convertido en epicentro de disputas narcotraficantes. Históricamente, la provincia vio un salto en violencia desde 2023, con 1.698 homicidios nacionales ese año, el peor hasta entonces. En 2025, el primer trimestre registró 2.361 muertes a nivel país, el más violento de la historia reciente, según el Ministerio del Interior. Manta, con 217 homicidios de enero a julio, supera récords por la pugna entre bandas delictivas.
El 97% de los crímenes usa armas de fuego, facilitadas por el tráfico ilegal. En 2024, Ecuador decomisó 294 toneladas de droga, pero 2025 ya suma 96 toneladas en el semestre, con un impacto de USD 210 millones en las mafias, según la Policía. Sin embargo, estos golpes provocan represalias, como los 84 homicidios iniciales que superaron a 2024.
Un residente de Manta, anónimo, expresó: “Vivimos con miedo; las balaceras son diarias”. La comunidad clama por más seguridad en zonas vulnerables.
Respuesta policial y desafíos futuros
La Policía y militares incrementan operativos: en 2025, 177.000 acciones en provincias costeras, con 2.000 efectivos en Manabí tras el asesinato de “Mexicano”. El gobierno declara “conflicto armado interno” contra “narcoterroristas”, pero el 60% de homicidios quedan sin resolver, según informes periodísticos.
Datos del OECO muestran que el 68% de víctimas son jóvenes de 10-19 años, un aumento del 51% vs. 2024. La Policía insta a denuncias al 1800-Delito. Mientras, Manabí, con su historia de violencia desde 2023, busca contener una ola que deja familias destrozadas y calles teñidas de sangre. (22)