Compártelo con tus amigos:

La construcción de al menos dos de los hospitales afectados por el terremoto del 2016 arrastra problemas que deben ser solucionados cuanto antes para evitar inconvenientes mayores a futuro.

El hospital de Bahía de Caráquez (Sucre) está próximo a terminarse en la obra física, pero se edifica en un terreno cuya propiedad no está resuelta. El Estado ha mostrado poco interés en llegar a un acuerdo con los dueños del predio, lo cual refleja una actitud poco responsable.

En el hospital de Pedernales, en cambio, nuevos retrasos surgen con el incumplimiento del Gobierno con el pago de planillas al contratista, de forma que la mora estatal hace que se postergue el justo anhelo de los pedernalinos de tener una casa de salud de este tipo.

“Los procesos de contratación de personal y equipamiento avanzan con lentitud”.

A todo esto deben sumarse los lentos procesos de contratación de personal y de equipamiento, tanto en estos hospitales como en otros que ya están terminados, lo cual interfiere con el deseo ciudadano de contar con establecimientos sanitarios públicos adecuados y eficientes.

Esto último parece ser un mal generalizado. Una muestra: el Hospital de Especialidades de Portoviejo todavía no funciona en toda su capacidad debido a que no se ha completado la contratación de recursos humanos y equipos.
Manabí merece una mejor suerte en salud.

Editorial de El Diario publicado este miércoles 3 agosto del 2022 en nuestra edición impresa.