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Las retaliaciones con las que amenazan algunas organizaciones políticas para que el resultado del juicio político al Presidente de la República sea el que ellos promueven, es una muestra de extremismo.

Además es una muestra de irrespeto a los valores democráticos.

Desde una convocatoria a paralización hasta la aplicación de castigos severos contra los asambleístas que se pronuncien en contra de los acuerdos de la oposición son parte de los anuncios que se vienen dando.

Los asambleístas no fueron electos por grupos o por organizaciones, sino por los votantes en general.

Si existiera democracia en los partidos y movimientos, se debería dejar que cada uno se pronunciara de acuerdo con su conciencia en el juicio al Presidente.

Y además, no según lo que dispongan dirigentes y caudillos.

“Debería existir libertad para expresarse en contra del propio grupo, si fuese necesario”.

Debería existir libertad para expresarse en contra del propio grupo, si fuese necesario, sin temor a medidas sancionatorias.

Es lo ideal, pero en Ecuador la llamada unidad de cuerpo impone lo contrario.

Si la interpelación del mandatario lleva a la censura, no dependerá del pronunciamiento del pleno de la Asamblea Nacional.

Sí de los designios de fuerzas políticas interesadas en hacer valer sus puntos de vista o prevalecer sus decisiones a como dé lugar.

Editorial de El Diario publicado el martes 2 de mayo del 2023 en nuestra edición impresa.