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Lo que en esta ciudad y en el mundo entero los ciudadanos necesitamos de parte de nuestras autoridades, el Comité de Operaciones de Emergencia, COE, con su presidente, el señor Agustín Intriago Quijano, y las mesas de trabajo es inteligenciar, socializar en la ciudadanía campañas masivas de prevención, de fortalecimiento, del blindaje de nuestro organismo; que las personas entiendan que la única manera de frentear las pestes es siguiendo pasos firmes, para no ser presa fácil y que las  enfermedades encuentren resistencia en nuestro cuerpo. En otras palabras, crear anticuerpos para inmunizarnos y fortalecernos. 

Lo primero es pedir con unción al Todopoderoso, al Dios eterno, clemencia para que con su manto divino nos envíe ángeles y nos protejan, rezar el rosario en familia. Tenemos que hacer ejercicios de todas las maneras posibles para que nuestro cuerpo se llene de energía, no quedarnos en casa llevando una vida sedentaria o enviando a cuarentena a las familias, eso aniquila, estamos diseñados naturalmente para movilizarnos, para caminar. 
Consumir por toneladas frutas de árboles añejos, y los tenemos en cantidades industriales en la naturaleza, los dejamos perder y no nos damos cuenta, por ejemplo, el tamarindo, la guayaba, el hobo, los mangos, limones. 
La limpieza de la sociedad debe ser integral, tanto en lo exterior como lo interior. La alimentación sin ser potaje debe ser lo más nutritiva posible, sin olvidar las buenas costumbres de higiene personal. Tenemos que respetar todas las medidas de bioseguridad que sean necesarias, sin exagerar. No estoy de acuerdo con muchas medidas propuestas por la Organización Mundial de la Salud.
Si tuviéramos una pizca de sentido común, no saludaríamos con la mano, mantendríamos la distancia mínima con el otro. El uso del alcohol alcanforado debe ser constante, las gárgaras con astringente más agua caliente y limón permiten que nuestro cuerpo no se rinda a la peste. Las autoridades no necesitarían del uso de lo que llaman “operativos”, no gastarían en personal para darnos seguridad ni tampoco sería necesario sancionar, si creáramos conciencia ciudadana. Nuestra salud estaría óptima y nos sumaríamos a bajar la gran preocupación de que otros cuiden nuestra vida, no saturaríamos los hospitales ni se mendigaría por medicinas.
La vida debe ser de ilusión, no de aflicción. Hay que generar trabajo y riqueza, el emprendimiento florecerá y nuestras instituciones públicas recibirán más contribuciones por la creación de impuestos. El señor presidente del COE le responde a una internauta por algún reclamo: “no podemos estar en todos lados al mismo tiempo” y con razón. Esa no es la función de nuestro Alcalde, “ni tampoco atrás de cada uno”. La segunda frase es mía.