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Mientras esto ocurra, la responsabilidad de cuidarnos nosotros y a nuestros congéneres es propia de cada individuo, que debemos de entender que este azote merece toda nuestra atención porque un pequeño descuido es fatal y puede acabar con nuestra existencia.
Pese a las advertencias, a las sanciones y disposiciones que dictan las autoridades en sus respectivos estamentos, para que nos quedemos en casa y cumplamos los distintos protocolos de bioseguridad, hacemos caso indolente y salimos en diáspora a las calles, mercados y otros lugares en forma imprudente, con grave riesgo de contagiarnos e infectar a nuestros familiares en casa y aumentar el sufrimiento y congoja que causan las muertes.
Mucho se ha dicho, poco se ha hecho, sobre la pandemia, pero lo que más bulla ha ocasionado y nos ha llenado a los ecuatorianos de indignación y furor, es la actitud indolente, criminal, canallesca, de varios funcionarios, empleados, autoridades cantonales y provinciales que se aprovechan miserablemente de estos transidos y lúgubres tiempos para aprovechar y cometer sus fechorías, dejando al desnudo público, su verdadera faz, su espíritu macabro, su hacer delictivo, su falta de solidaridad  y su ánimo de lucrarse sin respetar el dolor de todo un pueblo que confió en ellos buscando mejores derroteros en sus destinos, pero eligieron a oscuros personajes sin escrúpulos aún en los momentos más dolorosos que vive la patria. A mis recuerdos llegan todas las pillerías y despilfarros que se hicieron con los dineros y bienes donados para los damnificados del terremoto del 16A, allí tampoco respetaron las memorias de los cientos de víctimas ni el desamparo en que quedaron los afectados. Da la idea que las desgracias ajenas son un jugoso botín para estos perversos.
Pero no todo es malo en estas angustias, porque hay instituciones y personas caritativas que se adhieren a las  necesidades que abaten espiritual y económicamente a muchos hermanos en estos crueles tiempos. Por nuestros hijos, por todos los que nos rodean, debemos cuidarnos. La responsabilidad es de todos.