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La impunidad, derivada de las fallas en las leyes, de las investigaciones y hasta de la administración de justicia, alienta el accionar de la delincuencia y propicia el cometimiento de más delitos.

Este año los delitos, sobre todo los casos de extorsión y atentados contra la vida, han aumentado.

En Manabí, la cifra de asesinatos superó a la del año 2011, que hasta ahora era la más alta de las últimas décadas, y es posible que se siga incrementando porque aún faltan cuatro meses para que termine el año.

Para la Policía, la mayoría de los asesinatos se debe a represalias de grupos delictivos, pues muchas de las víctimas registran antecedentes penales. Esta, sin embargo, no debería tomarse como razón única.

“No solamente muertes violentas, sino también extorsiones, robos y otras acciones delictivas.

Es necesario que se profundicen las investigaciones de cada caso, tanto para determinar los móviles de los delitos como para encontrar a los perpetradores.

Y no solamente de muertes violentas, sino también de extorsiones, robos y otras acciones.

Además, se deberían revisar los procedimientos de la justicia y reformar las leyes, de ser menester, para eliminar de ellas la permisividad y la subjetividad excesivas que, de alguna forma, también contribuyen a la sensación de inseguridad.

Editorial de El Diario publicado este miércoles 7 de septiembre del 2022 en nuestra edición impresa.