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Los municipios se ahorrarían muchos problemas si incentivaran la reforestación de las colinas y tomaran acciones para prevenir la tala de especies nativas.

Las poblaciones tienen cada vez mayor vulnerabilidad frente a las lluvias. La erosión de las zonas altas pone en riesgo a las personas y deteriora la infraestructura, por lo que cada año se destinan millones de dólares a estudios y obras que, a la postre, solucionan muy poco el problema.

En el caso de Portoviejo, los asentamientos en las zonas altas de las colinas, que deben ser espacios protegidos, aumentan por la falta de planificación y control.

“La preservación de la vegetación en las colinas protege a todos, sobre todo a quienes viven en ellas”.

Ya en el año 2006 un estudio de la Agencia de Cooperación Suiza para el Desarrollo había determinado que la mayoría de las colinas que circundan a la ciudad son zonas de riesgo por deslizamientos y fallas geológicas.
No han sido pocos los intentos de reforestación, pero los resultados son escasos.

Los ciudadanos deben hacer conciencia de que la preservación de la vegetación en las colinas protege a todos, sobre todo a quienes viven en las zonas altas.

Una forma ideal es el incentivo a quienes apoyen la reforestación y no necesariamente tendrá que ser económico.

Editorial de El Diario publicado este martes 29 de marzo del 2022 en nuestra edición impresa.