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El voto en Ecuador debería dejar de ser obligatorio y convertirse en facultativo para todos, con el fin de que participen quienes desean apoyar a algún candidato o contribuir con civismo a la elección de sus representantes.

La Constitución determina que el voto es universal, igual, directo, secreto y escrutado públicamente, además de obligatorio. Es facultativo para los menores de 18 años, los mayores de 65, los migrantes, militares, policías y personas con discapacidad.

La obligatoriedad del voto no contribuye al civismo, ni fomenta la participación democrática, ni disminuye el ausentismo, pero sí facilita el clientelismo con la venta de los sufragios.

Se han dado casos de personas que ni siquiera saben por qué votan, solamente que tienen que hacerlo por determinado partido o movimiento político; de ciudadanos que acuden a las urnas por la necesidad de obtener el certificado de votación, cuya presentación es obligatoria en una serie de trámites.

“La obligatoriedad del voto facilita la venta de sufragios”.

Si se quiere fomentar la democracia, debería iniciarse un proceso de formación desde las aulas y en las comunidades, para que las personas conozcan el poder que tiene el voto y por qué es vital que sepan escoger a sus representantes.

Que el acudir a las urnas se convierta en un acto cívico, no en una imposición legal.

Editorial de El Diario publicado este martes 11 de octubre del 2022 en nuestra edición impresa.