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Manabí necesita del consenso de sus ciudadanos y sus instituciones para trazar una agenda común, en la que base su desarrollo y que sirva de motivación para que todos empujen en un mismo sentido.

La provincia, que acaba de cumplir 198 años y se apresta para llegar a los dos siglos, arrastra una serie de necesidad para las que los gobiernos han ofrecido atención, pero siempre se cumple a medias.

Dotación de agua para riego y consumo humano, mantenimiento vial, recuperación económica, hospitales, edificios públicos, lucha contra el analfabetismo, estímulo al emprendimiento son, entre otras, necesidades de Manabí.

Se necesita una agenda que se sustente en el poder local, que surja del traspaso de algunas competencias desde el Gobierno central a los gobiernos locales.

“Alcaldes y prefectos son los más indicados para determinar las necesidades de su territorio”.

Los alcaldes y prefectos son los más indicados para determinar las necesidades de su territorio. Pero para el traslado de responsabilidades debe asignar recursos, a fin de que el asumir ese trabajo no se convierta en un lastre para los organismos seccionales.

Los GAD deben tener más competencias, pues el modelo de Estado hipercentralista da preferencia a dos polos, en detrimento de los demás.
Manabí debe reclamar sus obras, más allá de la situación política, y demandar que los gobiernos cumplan lo que han ofrecido.

Editorial de El Diario publicado este domingo 26 de junio del 2022 en nuestra edición impresa.