La Corporación Financiera Nacional (CFN) es un ente financiero público de propiedad del Estado ecuatoriano. Al igual que lo es el Banco del Pacífico, Banecuador y otros.
Hoy Ecuador debate sobre la altísima cartera de créditos, tipo basura, entregados por la CFN en los últimos años.
En resumen, no podrá cobrar, o tendrá que recibir bienes como dación de pago, más de 700 millones de dólares, la mitad de la cartera total de créditos.
Ese dinero es público porque proviene de las arcas fiscales y por lo tanto sobre su uso no debe haber reserva de información. Es necesario que Ecuador conozca los nombres de los funcionarios de la CFN que otorgaron los créditos, los nombres de las empresas que los recibieron y las garantías que entregaron.
Tantos malos créditos solo pueden tener como denominador común la corrupción, la colusión entre el gerente del banco público que entrega el dinero y el empresario, que al recibirlo sabe que no tiene un proyecto viable ni garantías apropiadas.
No es función del Estado entregar créditos comerciales. La banca pública no debe existir, a excepción de aquella que realmente sirve para el fomento del pequeño empresario subsidiando sus operaciones. Por eso se apoya el proyecto de vender el Banco del Pacífico.
En Manabí, luego del terremoto, la CFN entregó más de cien millones en créditos. Gran parte del monto fue hiperconcentrado en pocas manos, en desmedro de los pequeños empresarios que tanto han necesitado ese dinero desde entonces.
Editorial de El Diario publicado este martes 22 de febrero del 2022 en nuestra edición impresa