El Gobierno chino ha ampliado 30 días la baja por maternidad en Pekín y Shanghái como parte de su iniciativa para potenciar la natalidad en el país, cuyas residentes disfrutarán de un periodo de cinco meses, dos más que el estándar nacional, aunque existe cierta discrecionalidad dependiendo de cada provincia.
Los padres residentes en Pekín tendrán derecho a 15 días de baja después del parto y otros cinco días adicionales cada año durante los tres primeros años de vida de sus hijos. Asimismo, la cantidad de ayuda para familias con niños discapacitados o fallecidos se duplica hasta los 1.560 dólares frente a los 780 dólares disponibles hasta ahora.
En Shanghái, las nuevas regulaciones aclaran que una pareja podrá tener hasta tres niños en una decisión que responde al crecimiento registrado por la ciudad china, la más grande del país, con una población de casi 25 millones de personas, según explica el diario internacional del Gobierno chino, el Global Times. Ahora mismo, recuerda el Gobierno, viven allí 3,8 millones de familias con un hijo único.
También las familias de la provincia de Zhejiang, en el este del país, verán extendido sus permisos de maternidad otros dos meses más para el primer hijo, y tres meses más el segundo y el tercero. Las madres de la provincia de Quinghai, en el noroeste del país, disfrutarán de hasta seis meses de baja.
Todo esto forma parte de los ajustes en política familiar que el Gobierno chino ha ido desarrollando los últimos años, comenzando con la implantación parcial de la política de “dos niños” en 2013.
En agosto de este año, el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China adoptó formalmente la reforma que permite a las parejas tener hasta tres hijos, en aplicación del acuerdo anunciado a finales de mayo y con el que el gigante asiático quiere responder al progresivo envejecimiento poblacional.
El último censo, correspondiente a 2020, situaba en el 18,7 por ciento la proporción de habitantes que tienen más de 60 años en China y la tendencia de envejecimiento va en aumento: el dato ha subido más de cinco puntos en solo una década.
El Gobierno ha reconocido la necesidad de tomar medidas y de avanzar en una política de liberalización familiar que ya dio sus primeros pasos, cuando se autorizó a las parejas tener un segundo hijo si uno de los progenitores no tenía hermanos. En 2016, las autoridades eliminaron este último requisito.