La Policía keniana ha encontrado al menos 17 muertos enterrados en fosas comunes dentro de unos terrenos propiedad del líder cultista keniano Paul Mackenzie Nthenge.
El autoproclamado líder de la secta Kilifi está en la cárcel bajo sospecha de influir a sus seguidores para que ayunaran hasta la muerte.
Los investigadores han hallado al menos 32 fosas comunes en la finca de Mackenzie en la ciudad costera de Malindi.
Las autoridades indicaron que todavía quedan al menos una veintena de fosas por desenterrar.
Mackenzie, cabecilla de la llamada Iglesia Internacional de las Buenas Noticias, se entregó por vez primera a la Policía después de que dos niños murieran por inanición delante de sus padres, miembros de la secta.
Tras ser liberado bajo fianza, volvió a ser arrestado el 15 de abril.
Actualmente ha iniciado una huelga de hambre para protestar contra el tratamiento recibido, informa el diario keniano ‘The Nation’.
Otros once miembros de la secta o sus hijos se encuentran ingresados en estado grave.
Tres de ellos están en estado crítico, después de ser hallados languideciendo en un bosque en el principio de las investigaciones sobre las fosas comunes.
Aunque su iglesia se cerró en 2019, Mackenzie ha seguido atrayendo a las masas a través de su predicación sobre el “fin de los tiempos y el ayuno para ir al cielo”.