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Al menos cinco personas han muerto este miércoles a causa de un terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter que ha sacudido varias localidades del norte de Filipinas y ha provocado corrimientos de tierra y daños en varios edificios.

El epicentro del seísmo se ubica a 335 kilómetros al norte de Manila, mientras que el hipocentro se sitúa a diez kilómetros de profundidad, según informaciones del Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (PHIVOLCS), que ha indicado que el temblor se ha registrado sobre las 8.43 horas (hora local).

Además, la Oficina de Defensa Civil ha detallado que dos de los muertos se han registrado en Benguet, mientras que el resto se han confirmado en Kalinga, Abra y Cagayan, según recoge el portal de noticias Rappler.

Asimismo, las autoridades han confirmado al menos 64 heridos, la mayoría de ellos en la región administrativa Cordillera. Por otro lado, a nivel de infraestructura se han registrado más de 60 escuelas afectadas, tres puentes dañados, cerca de 430 viviendas y más de una veintena de carreteras.

Las autoridades de Manila han informado, además, que varias líneas de metro han quedado suspendidas temporalmente a la espera de que se realicen las inspecciones correspondientes que permitan garantizar la seguridad.

El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., conocido como ‘Bongbong’, ha ordenado el despliegue de equipos de rescate y ayuda del Departamento de Bienestar Social y Desarrollo para ayudar en las labores de búsqueda. Además, tiene previsto desplazarse hasta la zona para evaluar los daños provocados por el terremoto.

El portavoz del Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres (NDRRMC), Mark Timbal, ha instado a la población a “mantenerse alerta” después de que se hayan registrado más de una decena de réplicas, incluidas varias de magnitud superior al 4 en la escala de Richter.

La delegación de la Unión Europea en Filipinas ha trasladado en un mensaje de Twitter sus “condolencias” con la “población afectada por el terremoto en Abra”.

Por su parte, la embajadora de Estados Unidos en el país, Mary Kay L. Carlson, ha señalado que “todas sus oraciones están con los afectados en Abra y las zonas cercanas”. “Estados Unidos envía sus condolencias a todos aquellos que han perdido a sus seres queridos”, ha indicado.

Filipinas está situada en el llamado ‘Cinturón de Fuego’ del Pacífico, donde se producen alrededor del 90 por ciento de los terremotos de todo el mundo. El último gran terremoto que sacudió el país tuvo lugar en 2013 y dejó más de 220 muertos.

UNICEF OFRECE AYUDA A LOS MENORES AFECTADOS

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha indicado este mismo miércoles que está “preparado” para atender a los niños afectados por el terremoto en Filipinas y ha indicado que sus socios están evaluando las posibles necesidades inmediatas de las comunidades afectadas.

“Los primeros informes procedentes del epicentro en Abra y las provincias cercanas confirman daños en viviendas, hospitales, carreteras y otras infraestructuras”, ha indicado en un comunicado en el que ha recordado que ante cualquier emergencia “los niños y niñas están entre las poblaciones más vulnerables”.

“Nuestros corazones están con los menores afectados y nuestra prioridad es garantizar que se salven y se protejan sus vidas. Los niños y las familias pueden haberse visto desplazados y heridos como consecuencia del terremoto y podrían necesitar urgentemente refugio, agua potable, atención médica, protección y apoyo psicosocial”, ha aseverado UNICEF.

Para la agencia de la ONU, el terremoto es un “duro recordatorio de la necesidad de mejorar continuamente la preparación ante las emergencias y la reducción del riesgo de catástrofes en Filipinas, un país propenso a los tifones, terremotos y erupciones volcánicas”. UNICEF aboga a sí por la reducción del riesgo de desastres centrada en la infancia y por situar a los niños en el centro de los esfuerzos de preparación y respuesta ante las emergencias.