Tras un delicado proceso de hinchado que se prolongó durante más de 70 minutos, el globo de papel más grande del mundo ha vuelto a volar desde la localidad gallega de Betanzos (A Coruña), en el noroeste de España.
La tradición que empezó hace 147 años había estado paralizada por las restricciones impuestas y, aunque no pudo salir el pasado martes, día de San Roque, como marca la tradición, las condiciones meteorológicas han permitido su vuelo esta madrugada.
Los preparativos comenzaron más de una hora antes y levantó el vuelo a las 0h41 (hora local) de la madrugada del viernes, ante una gran expectación, con millares de personas en la plaza Irmáns García Naveira.
En cuanto despegó hubo un gran aplauso en la plaza, seguida por la traca del propio globo en cuanto superó la altura del campanario de la iglesia.
La tradición del globo de Betanzos fue instaurada por el albardero Claudino Pita en 1875, y desde entonces sus descendientes cumplen cada año con su homenaje a San Roque en su festividad.
El aerostato, de 25 metros de alto por 50 de circunferencia, es construido artesanalmente por la familia Pita que coloca uno a uno los 160 kilogramos de papel del que está compuesto el globo hasta dar forma a 16 cuarterones, pegados con ungüento especial, una mezcla a base de harina de centeno macho, cocida con agua que un antepasado de la familia, Lucas Pita, utilizaba ya para tratar el cuero en sus labores como albardero.
En la boca del aerostato, separado tras un aro de madera, un cesto de alambre alberga otro de los secretos del aparato: un fuego encendido con una mecha mezcla de paja y aceite que, debido a la diferencia de temperatura, impulsa el globo “a merced de los vientos”, como dejó testimonio el escritor Álvaro Cunqueiro.
Los globos de papel son una tradición medieval en esta localidad gallega; los libros de historia dicen que la invención de estos aerostatos corresponde a los chinos, en Occidente su llegada se debió a Marco Polo y, supuestamente, uno de sus ayudantes fue quien introdujo en Betanzos la pasión por los globos de papel.
Durante el siglo XIX las celebraciones y acontecimientos que allí tenían lugar, como la visita del repuesto rey Fernando VII, se conmemoraban con el lanzamiento de uno de estos globos. Hasta 1875.
Desde entonces, y excepto en contadas ocasiones -con motivo principalmente de la Guerra Civil española-, la familia Pita ha velado por el cumplimiento de la tradición.
En la decoración del globo, secreta hasta su lanzamiento, se ha podido ver imágenes irónicas sobre el uso del gas ruso o un homenaje a la otra tradición de las fiestas de Betanzos, Os Caneiros, que también se han celebrado durante la jornada del jueves y han coincidido con el globo por primera vez desde hace 55 años. EFE