El empresario colombiano Álex Saab, supuesto testaferro del presidente Nicolás Maduro extraditado el sábado a Estados Unidos por un caso de lavado de dinero, se defendió de las acusaciones en su contra a través de una carta que fue leída este domingo en una protesta del chavismo en Caracas para pedir su libertad.
“No tengo nada que colaborar con Estados Unidos, no he cometido ningún delito ni en Estados Unidos ni en ningún país y no pienso mentir para favorecer a Estados Unidos en contra del que atraviesa un bloqueo inhumano (Venezuela)”, dice la carta leída por su esposa Camila Fabri, quien aseguró, durante la protesta, que Saab la había escrito antes de ser extraditado.
En el texto, el empresario, de 49 años, dijo que enfrentará el juicio en Estados Unidos “con total dignidad y haciendo valer” su “inmunidad diplomática como servidor de la república bolivariana de Venezuela”.
Asimismo, responsabilizó a Estados Unidos y a la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó de su vida y su integridad física, y añadió que no es un “suicida”, dejando constancia de que si le ocurre algo, será un asesinato.
DENUNCIA DE VIOLACIÓN A SUS DERECHOS. El empresario insistió en que se le han violado sus derechos humanos y que su arresto fue ilegal, una denuncia que ya ha hecho el Gobierno venezolano que lo nombró diplomático después de que fuese detenido el 12 de junio en Cabo Verde en virtud de una orden de captura emitida a través de Interpol por Estados Unidos, con el fin de que se le otorgase inmunidad y fuera liberado.
Asimismo, su esposa denunció, ante unas 200 personas que participaban en la protesta, que no pudo visitarlo durante su arresto y que el “único” familiar que lo hizo fue la hermana de Saab.
Añadió que “hace unos días viajó a Cuba y (los funcionarios de) la Embajada de Cabo Verde” en ese país le dijeron que era “persona no grata”.
Fabri recalcó las denuncias hechas por su esposo en la carta y aseguró que a Saab le negaron atención médica ante el deterioro de su salud.
Agradeció el apoyo de los que se encontraban presentes en la manifestación que se realizó en la emblemática plaza Bolívar de Caracas.
LA EXIGENCIA DEL CHAVISMO. “Álex, aguanta, que el pueblo se levanta” o “libertad para Álex Saab, héroe de la patria”, eran algunas de las consignas que podían escucharse o leerse en algunas pancartas exhibidas en la manifestación que contó, además, con música en vivo y tambores.
En la protesta, participaron algunos diputados del chavismo, la alcaldesa de Caracas, Beatriz Rodríguez, y otros dirigentes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En las redes sociales también se hicieron sentir las voces del chavismo para condenar la extradición de Saab. Los Ministerios e, incluso, la Contraloría General de la República (tribunal de cuentas) expresaron su apoyo a Saab.
El contralor, Elvis Amoroso, instó, a través de un vídeo, a los organismos de defensa de derechos humanos a pronunciarse sobre la extradición del empresario colombiano.
Frente a esta defensa, numerosos usuarios de redes sociales continúan celebrando, desde que se conoció la noticia de la extradición, que vaya a ser juzgado en EEUU, donde -esperan- revelará nombres de otras caras del chavismo implicadas en delitos de corrupción.
MADURO INSISTE EN EL “SECUESTRO”. Por su parte, Maduro volvió a insistir en que Saab fue “secuestrado” por Estados Unidos y dijo que con esta acción le daba una “puñalada mortal” al diálogo que se había iniciado en México entre la oposición venezolana y el Gobierno.
El mandatario, que recordó que Saab fue recientemente nombrado como miembro de su equipo negociador en el diálogo pese a estar preso en Cabo Verde, defendió al empresario como un hombre inocente y dijo que Venezuela se está moviendo en “todos los niveles” para apoyarlo, algo que el Gobierno no ha dejado de hacer desde el momento de su detención.
Saab está acusado de siete cargos de lavado de dinero y uno más de conspiración para blanquear y además está sujeto desde mayo de 2019 a sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE.UU.
Los fiscales consideran que lavó más de 350 millones de dólares para pagar corruptelas del presidente venezolano a través del sistema financiero estadounidense.
La OFAC lo sancionó por su presunta participación en varias tramas de corrupción a gran escala en torno a la construcción de viviendas populares, distribución de alimentos a los más pobres y operaciones ilícitas con el oro venezolano.
Tras la detención de Saab en junio del año pasado, Venezuela aseguró que el empresario es un ciudadano venezolano y un “agente” del Gobierno que se hallaba “en tránsito” en Cabo Verde, por lo que sus abogados han sostenido que “tenía derecho a la inviolabilidad personal como enviado especial de Venezuela”.