El estado del techo de concreto del mercado mayorista, de Portoviejo, causa temor entre los comerciantes y quienes visitan el centro de abastos.
Las grietas son notorias y varios pedazos amenazan con caer.
En invierno, el agua de lluvia se filtra por esos espacios y moja a quienes están debajo, sobre todo a los comerciantes.
En el lugar están registrados 325 vendedores, que en su mayoría entregan legumbres al por mayor.
Ellos requieren mejoras en la infraestructura, pero sobre todo orden, alertó Doby Zambrano, quien preside un grupo de 60 emprendedores.