Un partido de básquet se terminó convirtiendo en una batalla campal, pero no en la cancha, sino en los graderíos.
Ocurrió durante un partido de básquet oficial que se desarrolló en el coliseo Julio César Hidalgo, en el norte de Quito.
El comandante de Policía del distrito Manuela Sáenz, Patricio Vargas, informó que los equipos implicados fueron el Orange y los Leones de Riobamba.
Una de las barras empezó a lanzar objetos a la cancha y a agredir verbalmente al árbitro por sus decisiones en el partido.
Posteriormente, los ánimos se encendieron más y los aficionados agredieron a miembros de la Policía.
Los elementos policiales en un aparente uso legítimo y progresivo de la fuerza sacaron gas pimienta para dispersarlos.
En ese momento el partido se suspendió, ya que las personas descendieron hasta la cancha para buscar al árbitro del partido y seguir agrediéndolo.
Por eso se formó un cordón policial en la entrada al camerino y se terminó el partido de básquet.
Luego de eso los hinchas de varios equipos empezaron a agredirse física y verbalmente.
El comandante del distrito Manuela Sáenz hizo un llamado a la ciudadanía para que cuando acudan a este tipo de eventos deportivos lo hagan con prudencia.
Este fue el único incidente reportado en la semana, según las autoridades.
En semanas anteriores también se habrían dado peleas entre jugadores y las barras que acompañan a los equipos, en este mismo torneo.