Las aspiraciones laborales han cambiado en los jóvenes.
Ahora, según los resultados de una encuesta publicada por el portal ipmark.com, en España y América Latina el trabajo que más aspiran a tener es el de influencer.
Esa “profesión” destaca por encima de otros trabajos como el de piloto, escritor, bailarín, médico o profesor.
Esa tendencia es muy marcada en los jóvenes de Sudamérica.
Los únicos países que dieron la nota con una mirada laboral distinta fueron Brasil, donde los jóvenes quieren ser “persona de negocios” y en Guayana Francesa donde aspiran a la abogacía.
Además, en Guyana y Trinidad y Tobago ser “escritor” fue lo más buscado.
El estudio de la empresa de servicios financieros Remitly reveló que el trabajo más buscado en Estados Unidos es el de ser piloto; programador en Polonia, o escritor en Suecia.
El ser piloto de avión recibió casi un millón de búsquedas online de personas deseosas de realizarlo, entre octubre de 2021 y 2022, siendo también la opción favorita de ingleses, australianos, canadienses y más.
La tendencia en querer ser influencer que se registró, también quedó descubierta en países europeos como República Checa, donde se desea ser youtuber.
A nivel global se contabilizan 195.070 búsquedas de youtuber; 159.180 de influencer; 104.600 de blogger; y 35.240 de vlogger.
> Sacrificio. Gema Cantos, creadora de contenido en Manabí, que ahora tiene hasta un emprendimiento de chocolate, no considera el ser influencer como una profesión como tal, sino solo un trabajo que genera ingresos.
“Yo no empecé mi vida laboral en la creación de contenidos, yo estudié periodismo y primero trabajé en ello. Eso me ayudó a tener desenvolvimiento, tener noción del contenido y de lo que quiero mostrar a mis seguidores”, señaló.
Gema en redes sociales, sobre todo en Facebook, comparte vídeos de gastronomía, turismo rural y temas culturales.
“Yo comparto con mi gente el proceso de preparar esas comidas tradicionales que hacían nuestras abuelas y que ahora se están olvidando, también visitamos y mostramos lugares turísticos de la zona rural, sobre todo que muchas veces están olvidados”, indicó.
Ella dejó claro que aunque ser influencer no es una profesión, hay mucho sacrificio detrás de la publicación de un vídeo.
La idea de que los influencers reciben buenos ingresos económicos mensualmente, es lo que quizás atrae a los jóvenes a querer convertirse en uno de ellos, pero no todo es tan fácil como parece.
Gema señaló que tras la publicación de un vídeo hay todo un trabajo en equipo.
“Debemos tener una agenda armada de los temas a grabar, buscar la locación, cuando son vídeos de sitios turísticos se debe viajar y eso representa gastos y riesgos, además tener los equipos de grabación, edición, y así muchas cosas más, ya que no es solo una cara bonita, mostrar el cuerpo o un buen chiste; para quienes somos más responsable con lo que compartimos con los seguidores el trabajo es fuerte”, añadió.
Rony Torres, quien interpreta a “La Palomina”, a través de redes sociales contestó a quienes señalan que hacer vídeos y publicarlos en las plataformas digitales es un trabajo fácil.
“Todo es un sacrificio, no es solo pararnos frente a una cámara o celular y hablar cualquier cosa”.
“La Palomina’ surgió como un personaje basado en la expresentadora de televisión Paloma Fiuza, pero ahora ya no es parodia de nadie, es un personaje que tiene vida propia.
Él ahora también trabaja con su familia, y en un reportaje en diario El Universo contó que: “Me costó mucho meter a mi hija. Si para un grande es difícil, imagínate para una niña. Le costó lágrimas. Esto fue un accidente que hoy en día es una bendición. Veo que muchos influencers graban con gente conocida para jalar más público. Yo no. Yo tengo mi propia gente, que yo las creé, las formé desde cero, mi esposa y mi hija. Son mi equipo de trabajo”, añadió.
Los influencers pueden recibir desde 100 dólares hasta más de 5.000 al mes, según las reproducciones o comparticiones que tengan sus vídeos.
Ahora las normas comunitarias, sobre todo de Facebook, hacen que el trabajo sea más complejo, ya que deben cumplir reglas para evitar sanciones.