La noche de ayer, el presidente Guillermo Lasso llegó a Alausí para constatar los daños tras el alud registrado la noche del domingo y que dejó siete fallecidos.
La llegada del mandatario generó varios incidentes.
Un grupo de personas se agolpó en las afueras del Municipio de Alausí y buscaba entrar al auditorio para escuchar cuáles serían las propuestas ante el deslave.
Sin embargo, la fuerza pública no permitió el ingreso al edificio por lo que hubo roces y empujones entre los lugareños y los policías y militares.
Además, varios moradores poncharon las llantas de algunos vehículos que iban en la caravana con el Presidente
Aquello fue compartido en redes sociales a través de videos.
Lasso, en su intervención, pidió guardar la esperanza en encontrar aún algunas personas con vida.
En caso contrario, el mandatario garantizó hacer todo lo posible para recuperar los cuerpos y entregarlos a sus familiares.
En una improvisada declaración cerca de la “zona cero”, los vecinos pidieron al jefe de Estado que agilice las ayudas estatales y la llegada de maquinaria pesada.
Sin embargo, Lasso señaló que puede ser contraproducente entrar con esos vehículos en un terreno aún inestable.
Alud en Alausí
El pueblo de Alausí amaneció este lunes sepultado parcialmente por un gigantesco alud tras desprenderse parte de la montaña.
Al momento la cifra de muertos es de siete vidas, mientras que decenas de casas y de personas que se encuentran todavía bajo toneladas de tierra.
Además, los desaparecidos ascienden a 64, según el último reporte de la Secretaría Nacional de Riesgos, que en un inicio reportó erróneamente 16 víctimas mortales.
Hasta el momento se han rescatado con vida a 32 personas y hay 23 heridos.
Además de 22 damnificados, correspondientes a 5 familias que han sido trasladadas a albergues temporales instalados en este municipio de la andina provincia de Chimborazo.
En la zona también se han registrado medio millar de personas afectadas, correspondientes a 163 viviendas.
El desprendimiento sucedió en torno a las 22h00 del domingo, cuando la mayoría de la gente ya estaba resguardada en sus casas, pero su magnitud solo pudo apreciarse una vez que amaneció y permitió observar el área arrasada, que abarca 24,3 hectáreas.