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Autoridades de la capital de Ecuador anunciaron este jueves que, con el fin de evitar actos de delincuencia, se restringió el paso hacia la zona en la que un aluvión dejó al menos 26 muertos, 53 heridos y 10 desaparecidos.

En el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Metropolitano, el alcalde de Quito, Santiago Guarderas, indicó que se crearon dos cercos en la zona, que serán controlados por la Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los Agentes Civiles Metropolitanos.

“Ninguna persona que no tenga autorización del Puesto de Mando Unificado (PMU) podrá ingresar a esa zona. Para efectos de control se emitirán salvoconductos”, expresó Guarderas.

El Gobierno de Quito detalló que la recolección de basura se realizará en horas de la mañana y la tarde y que las brigadas que evalúan y realizan labores de censo, así como las médicas, serán acreditadas por el PMU.

En un comunicado apuntó que la Empresa de Agua Potable “ha trabajado en la zona y confirma que ya no se tiene un peligro inminente, las aguas han bajado, la situación está controlada y al momento se retiran árboles y postes que fueron arrancados por el aluvión”.

VÍCTIMAS Y DAÑOS

Según las autoridades, el aluvión que impactó fuertemente el pasado lunes a los sectores de La Gasca, La Comuna y zonas aledañas, en el centro-oeste de la ciudad, ha dejado hasta el momento 26 personas fallecidas, 53 heridas y 10 desaparecidas.

Se han evaluado 174 viviendas y se ha determinado que 24 están afectadas en el primer piso y 8 colapsaron, mientras que 27 vehículos y 22 motocicletas resultados afectados.

Catorce cerramientos colapsaron, resultaron afectados cuarenta contenedores de basura, 20 postes de energía eléctrica quedaron destruidos y hubo afectaciones a siete subestaciones de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ).

Según el alcalde, la catástrofe se debió a un “fenómeno natural extraordinario”, que tuvo su origen en la intensa lluvia que cayó sobre la ciudad el pasado lunes, con un récord de 75 litros por metro cuadrado, cuando se esperaban dos.

Pero los vecinos achacan la tragedia a la construcción descontrolada en las faldas del volcán ganada a un terreno boscoso, además de la acumulación de desperdicios en la zona. EFE