El presidente de Bolivia, Evo Morales, aceptó someter su mandato a un referendo revocatorio que él mismo propuso hace unos meses y que el Senado, controlado por la oposición, aprobó de forma sorpresiva y por unanimidad.
La crisis política boliviana ha dado así un nuevo giro que encamina al país a una consulta popular para revocar o ratificar el mandato de Morales, de su vicepresidente, Álvaro García Linera, y el de los nueve prefectos, la mayoría opositores.
Crítica de Chávez
En torno a la autonomía en Santa Cruz, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo que no se quedará "de brazos cruzados" si "el imperio y sus fichas" logran dividir a Bolivia y se declaró culpable anticipadamente de injerencia en los asuntos internos de ese país.
"Se lo he dicho a los amigos presidentes, a los más cercanos, que Venezuela no se va a quedar de brazos cruzados, con todo lo que esto implica. De una vez acúsenme de injerencia; me declaro culpable desde ahora mismo; hasta ahora soy inocente", declaró en un acto ante los ministros de Energía de los países suramericanos. Aunque calificó como un "supuesto negado" el hecho de que en Bolivia triunfen pretensiones que denominó separatistas, aseguró que de no ser así "pudiera comenzar lo que alertó el 'Che' (Ernesto Guevera) sobre uno, dos, tres Vietnam". En ese caso, "romperían las reglas del juego y habría que jugar otro juego; ojalá que no nos obliguen", añadió el mandatario, tras indicar que hará frente al asunto "cueste lo que nos cueste".